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Editorial
Locura de 55 años
El dinamitazo, la contaminación y la intranquilidad de las gentes, es lo que ha venido haciendo el Eln. 
Miércoles, 13 de Febrero de 2019

A Albert Einstein, a Mark Twain, a Benjamín Franklin y a otros les atribuyen aquella frase según la cual ‘locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes’. Pero, que no tenga autor conocido, no significa que la frase no encierre una verdad demoledora.

Lo sabe muy bien todo el mundo, menos el Eln, que lleva 55 años haciendo exactamente lo mismo, en busca de resultados que nunca se le han dado ni jamás se le darán. Porque —y esto lo sabe a la perfección esa guerrilla marxista-leninista, pero lo disimula— el Eln, como es, nunca llegará al poder que anhela en Colombia.

Como están las cosas, nunca el Eln volverá a tener, ni de lejos, las opciones que algunos le atribuyeron entre 1987 y 1990, cuando hizo parte, con las demás organizaciones subversivas de la época, la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar.

Creer que dinamitando los oleoductos, contaminando fuentes de agua y, de paso dejando a miles de familias sin posibilidades de comer, va a reafirmarse como la vanguardia revolucionaria del pueblo, es no tener noción alguna de la realidad y seguir con el mismo discurso de toda la vida.

Después de décadas de dinamitar una y otra y otra vez los tubos, sin lograr nada más que el repudio general, es señal de que quienes dirigen esta organización no viven ni medianamente cerca de la verdad social, quizás porque, al menos a algunos de ellos, la vida se les ha ido en la misma situación, esperando lo que no ha de ocurrir, sin darse la oportunidad de enterarse de que la sociedad avanza, y con ella, el mundo.

¿Cuál es, por ejemplo, el logro político o militar o económico o lo que sea, de atentados como el del martes en Teorama al oleoducto, donde lo único concreto fue el daño irreparable a la quebrada La Llana? No tienen respuesta, porque no la hay.

Pues eso, el dinamitazo, la contaminación y la intranquilidad de las gentes, es lo que ha venido haciendo el Eln, sin obtener resultado diferente del ya señalado. 

¿De verdad los comandantes del Eln esperan resultados diferentes haciendo lo mismo siempre? Si ellos no lo tienen registrado, podemos recordarles que desde 1965, pocos meses después de su fundación, dinamitaron en Barrancabermeja el oleoducto de la compañía Cities Services Intercol, en acción que han repetido por lo menos entre 1.500 y 1.600 veces, solo contra el Caño Limón-Coveñas.

¿Y cuál ha sido, de todo eso, el resultado tangible para el pueblo que dicen defender y del cual se consideran su avanzada política? ¿En qué ha cambiado, con cada atentado, la forma de vida de los campesinos de las zonas afectadas por sus demenciales acciones contra la infraestructura petrolera?

En cambio, se puede hablar de los resultados negativos, de los muertos y de los heridos, y de las pérdidas económicas, y de la increíble destrucción del medio ambiente que han dejado sus bombazos.

Solo en lo que va del presente siglo han muerto por lo menos 167 personas y otras 584 han resultado heridas, además de que unos 67 millones de galones de petróleo crudo se han derramado en fuentes de agua y tierras de labranza.

¿Aspira, quizás el Eln, con sus repeticiones, a superar estas cifras?

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