El presidente Juan Manuel Santos sancionó en noviembre pasado el decreto por medio del cual las empresas podrán destinar parte de sus recursos correspondientes al pago del impuesto de renta a la construcción de proyectos de infraestructura en las Zonas Más Afectadas por el Conflicto Armado (Zomac), como son entre otras Norte de Santander y la zona de frontera.

Los doce municipios del departamento escogidos como Zomac, son casi todos en la región del Catatumbo y en la provincia de Ocaña, a saber: El Carmen, Convención, Teorama, El Tarra, Tibú, San Calixto, Hacarí, La Playa, Bucarasica y Sardinata, y más vecinos de Cúcuta los dos restantes, El Zulia y Santiago.

Se trata de una nueva modalidad tributaria, en la cual una empresa localizada en cualquier parte del país puede escoger o pagar la totalidad de los impuestos, o pagar hasta la mitad del tributo a cargo, haciendo obras en municipios que sufrieron y padecieron los desastres y rigores de la guerra interna. 

Esta iniciativa se desarrolla con éxito en el vecino Perú desde hace siete años. Allí, las empresas que más participan son las mineras, de infraestructura, extractivas, del sector financiero y de las  telecomunicaciones.

En las últimas horas, el Gobierno a través de la Alta Consejería para el Posconflicto, la Agencia de Renovación del Territorio (ART) y el Departamento de Planeación Nacional presentaron la lista de los primeros 27 proyectos que serán financiados y ejecutados mediante la modalidad de Obras por Impuestos. 

Se trata de proyectos que demandarán inversiones por 234 mil 395 millones pesos para obras de acueducto y alcantarillado, infraestructura, educación y energía en municipios de Antioquia, Arauca, Bolívar, Cauca, Cesar, Cundinamarca, La Guajira, Meta, Nariño, Putumayo, Caquetá, Huila, Sucre y Tolima. 

No aparecen proyectos presentados para Norte de Santander y es una lástima grande que nuestras autoridades y empresarios no les hayan prestado la debida atención a este asunto. 

Con frecuencia nos quejamos del centralismo y de la indiferencia sobre nuestra región de frontera en los altos círculos del poder, pero cuando se presentan oportunidades como la iniciativa de Obras por Impuestos, entonces las dejamos pasar o no le ponemos la atención correspondiente y oportuna. 

Corresponde a las comunidades y a las organizaciones de la sociedad civil estar vigilantes y ser más proactivas para aprovechar situaciones coyunturales como ésta. Es una forma de comenzar a salir del atraso y el abandono de nuestras zonas afectadas por el conflicto armado.

También ocurre que muchas veces empresas y firmas que están en regiones muy alejadas del país dicen que pagan mucho impuesto de renta y esto nunca se ve reflejado en las obras. 

Con la nueva modalidad tributaria que comentamos, las compañías pueden contratar directamente o hacer las obras. 

Según la opinión de algunos expertos, si este esquema hubiera existido hace 25 años en Colombia, otra sería la realidad de regiones como La Guajira, Arauca, Casanare, Meta y el mismo Norte de Santander, que han tenido empresas con gran desarrollo, que han pagado muchísimos impuestos de renta y que las obras no se han visto en sus territorios.

Llamamos la atención de nuestras autoridades y comunidades para que fijen más su atención en esta nueva modalidad tributaria que bien aplicada como esperamos, seguramente permitirá distribuir la inversión pública y privada en las zonas que más lo necesitan como la nuestra.