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Editorial
¿Qué más han olvidado?
Olvidaron el acueducto de aguas lluvias de la avenida Gran Colombia. 
Miércoles, 3 de Octubre de 2018

Es realmente preocupante la manera como en la administración municipal se están manejando costosos contratos: la ligereza, que demuestra falta de seriedad, y cierto afán, difícilmente explicable, con el que se adelantan algunos proyectos de varios miles de millones de pesos, así lo demuestran.

La idea —que dejaba muchas más dudas que certezas— de una ciclorruta de tres kilómetros sobre la avenida Gran Colombia, desde la Diagonal Santander hasta la avenida Libertadores, genera desde el martes muchas más dudas en torno de la seriedad con la que se adelanta el proyecto.

Ese día, la Alcaldía convocó a las empresas prestadoras de servicios públicos en la ciudad, para explicar el avance del proyecto y establecer lo que a cada una de esas empresas le corresponde hacer, pero todo acabó con una sorpresa mayúscula: olvidaron el acueducto de aguas lluvias.

Casi nada, si se tiene en cuenta que según los expertos, la lluvia acumulada sobre las calles es un enemigo mortal del pavimento, al que destruye rápidamente.

Caben muchas preguntas: ¿qué más habrán olvidado? ¿Los puentes del plan de valorización —y otros, también— tienen orejas y aceras y pistas para peatones, separadores —son de doble vía—, barandas, desagües, etcétera? ¿Hay seguridad plena de que todo está completo?

Lo que más inquieta es el dinero: porque si ya la obra está adjudicada y todo costaba 13.499 millones de pesos —cifra que para algunos técnicos es realmente exagerada—, ¿qué van a hacer para financiar la construcción de ese alcantarillado?

El recurso de los contribuyentes ya está agotado, porque se les está cobrando valorización con base en los cálculos aprobados cuando se lanzó el plan de obras. Además, en el sector de Colsag, además de pagar el impuesto predial, hace pocos meses los vecinos tuvieron que pagar dineros extras para el programa Comunidad-Gobierno.

Siempre es y será oportuno preguntar por la prioridad de una obra como la de la Gran Colombia. ¿De verdad es tan importante? ¿Para qué o para quiénes? Y, entonces, la malla vial ¿no es importante? ¿Y qué del espacio público, destinado a enriquecer a las mafias que controlan a los vendedores callejeros? La solución a cualquiera de ellos, y lo sabemos todos incluido el Alcalde, cuesta mucha plata. 

Pero si además de no tener recursos, la administración no cobra lo que deben los contribuyentes, unos 59 mil millones de pesos, la situación se complica, porque los bancos no dan espera.

En todo esto, la Alcaldía pierde, pues la confianza de los contribuyentes se deteriora cada día más ante la evidencia de los errores como el de la Gran Colombia, y problemas como la realidad de la malla vial se agravan con el paso de cada carro.

Pero si, además, la administración de los recursos financieros es como hace tres días la publicó un portal digital, que dio a entender que en la Alcaldía se hacen actividades y se prestan servicios que no se sustentan en contratos, sino en la mera palabra de los funcionarios y los pagos se hacen con plata prácticamente de bolsillo, Cúcuta está como para salir corriendo.

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