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Editorial
‘Río seco’
En muchos sectores este dramático descenso en el cauce está acompañado por un mal olor.
Miércoles, 6 de Mayo de 2020

Amantes de las teorías conspirativas bien pueden estar creyendo que este 2020 será un año histórico por la serie de hechos que asedian a la humanidad desde los puntos de vista sanitario, económico, social y climático, y que puede llegar a considerarse como una temporada de las siete plagas.

Sin llegar a caer en tales extremos, lo que advertimos ahora en el caso específico de Norte de Santander, la que pudiéramos decir disminución de los caudales de muchos ríos que ahora empiezan a amenazar el suministro del agua potable a los usuarios de varios municipios del departamento.

Una simple observación del río Pamplonita desde alguno de los puentes en Cúcuta o el área metropolitana, la visión que surge es que el lecho se está secando y alcanzando niveles críticos, que por ejemplo empezó a golpear a Pamplona, que registra ya inconvenientes para que el acueducto les lleve el servicio a los habitantes.

En medio del confinamiento sanitario obligatorio, los cucuteños advirtieron como en abril no se registraron las ‘lluvias mil’ que eran comunes en el pasado y que mantenían los caudales en los volúmenes requeridos, razón por la cual nuestro Pamplonita al cruzar la ciudad da muestras de ser un ‘río seco’ que ahora es apenas un hilo de agua.

En muchos sectores este dramático descenso en el cauce está acompañado por un mal olor, lo cual es lógica consecuencia de su bajo caudal y comprueba el impacto de algo sobre lo que se venía hablando desde hace tiempo, como es el de la descarga de grandes cantidades  de aguas residuales sobre el Pamplonita.

Y científicamente se detectó que evidentemente hubo una razón delicada que generó la sequía:  abril de 2020 fue considerado como uno de los meses más calurosos de los últimos años, además de que no ha habido lluvias en nuestra zona, de acuerdo con lo expuesto por los especialistas.

“Las temperaturas mundiales fueron globalmente iguales a las del mes de abril más cálido jamás registrado” en 2016, indicó el servicio europeo Copernicus.

Luego por el momento el panorama no pinta nada alentador en medio de esta cuarentena que fue extendida hasta el 25 de mayo, porque de seguir esta ola de calor en la región con cero lluvias, es muy probable que la ciudad pueda verse abocada a un servicio racionado en el suministro de agua potable.

Es importante que la autoridad ambiental de la región, como lo es la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) también esté atenta  a que no se le esté dando un mal manejo a la captación del ya menguado caudal del Pamplonita para el riego, porque en este momento el humano es la prioridad, máxime que una de las maneras de enfrentar al coronavirus es con el lavado constante de manos.

Y mientras se espera que la naturaleza traiga las necesarias lluvias que ahora son fundamentales para que los ríos vuelvan a ser caudalosos y no impliquen riesgo para surtir las bocatomas de los acueductos, es necesario que todos tengamos presente que en la pospandemia debemos cambiar en nuestro comportamiento con la naturaleza.

Debemos ser insistentes en rechazar la deforestación, tenemos que exigir que páramos como Santurbán estén al margen de la gran minería, no arrojar basuras, salvar los humedales, y no seguir invadiendo la ronda del río ni tampoco permitir que se hagan explotaciones de materiales en el lecho de estos caudales, como sucede en el Pamplonita. En la era pos-COVID-19 debemos ser reales amigos del río, no por mostrarnos como medioambientalistas para la foto, sino como reales  defensores de La Tierra.

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