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Editorial
Tránsito en pandemia
Haga valer la obligatoriedad de que tanto el conductor como todos los pasajeros lleven adecuadamente puesto el tapabocas.
Martes, 12 de Mayo de 2020

La Policía de Tránsito de nuevo vuelve a estar en las calles de Cúcuta, en las cuales deberá tener un misión que esté por encima de cualquier otra cosa, hacer respetar las normas vigentes relacionadas con el pico y placa así como de transporte de pasajeros en busetas y taxis, en esta temporada pandémica.

No es deseable que las busetas, al igual que pasaba en aquellos días, semanas y meses que autodenominábamos normales, pero que realmente eran lo más anormales del mundo, circulen con cupo completo en las horas pico, violentando las reglas sanitarias.

Los agentes de la Policía de Tránsito tienen la obligación de que los vehículos que prestan ese servicio público no se estén convirtiendo en peligrosos focos de contagio del coronavirus en esta ciudad fronteriza.

De manera que ahí tienen una tarea inexcusable que deben desarrollar mediante patrullajes constantes en las rutas de buses y en puntos centrales de la ciudad con el propósito de que se endurezcan esas acciones, porque de nada vale el confinamiento obligatorio ni las medidas de distanciamiento, si las mismas no se cumplen o se vuelven añicos dentro de estos automotores.

Pero no solo es urgente que ese cuerpo policial de tránsito haga valer dicha norma sino también la obligatoriedad de que tanto el conductor como todos los pasajeros lleven adecuadamente puesto el tapabocas, teniendo en cuenta que esa es otra de las obligaciones que deben acatar los usuarios de este servicio.

Otro de los trabajos de los patrulleros de tránsito es el que tiene que ver con el acatamiento de la medida de pico y placa porque se ha advertido en muchas vías que ya enfrentan congestiones de tráfico, dando a entender que nada estuviera pasando.

Son muchos los violadores de esa regulación del tráfico vehicular en la ciudad, aunque también subsisten consideraciones como la siguiente: ‘¿por qué impiden que la gente use sus carros y motos y sí la lanzan a que vaya aglomerada y apretujada con otros en vehículos como busetas?’. 

Por ello, es importante que la Secretaría de Tránsito junto con las autoridades de salud los revisen a la luz de la COVID-19 y determinen qué tan benéfico es lo que se hace actualmente con el pico y placa o si es mejor que los ciudadanos usen sin restricción sus carros, disminuyendo, no lo dudamos, las posibilidades de disparos de casos de contagio.

Otra labor -antes que montar retenes para imponer multas a diestra y siniestra- consiste en la de convertir la Policía de Tránsito en un factor que procure evitar los trancones, en puntos donde sus agentes lleguen y eviten la indiscriminada utilización de las calles para el parqueo irregular de automóviles.

Así que para el desarrollo de este nuevo convenio de tránsito entre la Alcaldía de Cúcuta y la Policía Nacional, es indudable que no solo debe primar el ‘garrote’ sino también jugársela mucho por las acciones de carácter preventivo y de regulación de las actividades del tráfico vehicular en la ciudad, induciendo a los usuarios de las calles -conductores, peatones, motociclistas y ciclistas- hacia la cultura ciudadana.

En estos momentos, el control epidemiológico es un elemento que estará presente por mucho tiempo en diversas actividades humanas, y en el tránsito es fundamental, porque una falla en los bioprotocolos, lo que nos puede conducir es a algo tan demoledor, como el peor accidente de tránsito que imaginemos. Así que antes de pensar en multar y multar o en violar y violar las normas, es urgente empezar a cambiar radicalmente.

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