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Empresas venezolanas que continúan consolidadas dentro del mercado colombiano
Más de 100 compañías venezolanas se consolidan en el país, el comercio binacional llegó en enero a US$62 millones y creció 32%.

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Empresas venezolanas que continúan consolidadas dentro del mercado colombiano
Más de 100 compañías venezolanas se consolidan en el país, el comercio binacional llegó en enero a US$62 millones y creció 32%.
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Lunes, 22 de Abril de 2024

Durante muchos años, Venezuela fue el segundo aliado comercial más importante para Colombia. El pico entre el comercio binacional llegó en 2008, cuando se alcanzó más de US$7.000 millones. Pero poco a poco la dinámica comercial se fue mermando desde el punto máximo alcanzado, debido a la crisis económica y social que obligó a más de ocho millones de venezolanos a salir de su país.

La reapertura permitió que en los últimos dos años esa dinámica comercial mejorara, al punto que la Cámara Colombo Venezolana espera que el comercio binacional deje US$1.000 millones al cierre de 2024. Solo en enero este aspecto llegó a US$62 millones, creciendo 32% frente al mismo mes de 2023.

Aún así, en las últimas dos décadas se consolidaron diferentes compañías de capital venezolano en el mercado colombiano, que usted seguramente ha visto, porque tienen miles de clientes consolidados, como es el caso de Locatel, Farmatodo, Congrupo y Prosein.


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No es coincidencia que este tipo de compañías se hayan instalado en el mercado colombiano. De hecho, si se revisan los sectores más consolidados bajo la perspectiva de importaciones desde Venezuela, están liderados por la industria básica (64%), seguido de la maquinaria y equipo (12%), el sector minero energético (10%), la industria liviana (7%), el agropecuario (4%) y la agroindustria (3%).

Un líder de las farmacias

Según explicó Juan Gabriel Pérez, presidente de la Cámara Colombo Venezolana, en el país están invirtiendo aproximadamente 100 empresas de la vecina nación. “Las tres más reconocidas son Grupo Polar, Farmatodo y Locatel. El caso de Farmatodo es de los más relevantes ya que en la actualidad tienen 109 puntos en todo el país y en Venezuela son 192”.

Desde la empresa explicaron que, “en 2008, apalancada en su visión de ser la cadena de farmacias líder en Latinoamérica, Farmatodo llegó a Colombia con un entorno macroeconómico favorable. La primera farmacia fue Britalia Norte, ubicada en Bogotá, comenzando el proyecto de expansión hasta hoy, con el cual se ha posicionado prestando un servicio con excelencia e innovación para los usuarios”.

Farmatodo Colombia proyecta cerrar el año fiscal, que comprende el periodo entre agosto de 2023 y julio de 2024, con 115 tiendas en el mercado, “contemplando la llegada a nuevos departamentos con sus respectivas ciudades capitales, entre los cuales están Quindío, Risaralda y Caldas”, dijeron desde la empresa.


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El posicionamiento de Locatel

Otras de las empresas de origen venezolano que ingresaron en las últimas dos décadas al país es Locatel, que llegó con la visión de cuidar la salud de los colombianos. Entró al mercado doméstico cuando el comercio entre ambos países tenía las mejores dinámicas de la historia. En 2005, llegó como un supermercado de la salud, y se abrieron dos tiendas en Bogotá. El siguiente año abrió su primera franquicia, ubicada también en la capital.

“Colombia para Locatel es una plaza muy importante, teniendo en cuenta ese enfoque y esa visión del cuidado de la familia y de la salud, para cada uno de los colombianos. Sentimos que vinimos a prestar un servicio que tenía mucha cabida y podía tener mucha aceptación”, dijo Eurice Troya, gerente general de Locatel.

En la actualidad Locatel tiene 20 puntos físicos en el mercado local. “Estamos en Bogotá principalmente, Cartagena y en Medellín, que es nuestra nueva plaza donde estamos haciendo todo nuestro plan de crecimiento. Contamos también con nuestra tienda de canales no presenciales, que es nuestra página web, una tienda súper exitosa con unos niveles de visita y de ventas muy importantes para el grupo, así como dos ‘dark stores’ en Bogotá”, dijo la directiva.

Las importaciones de Congrupo

Seguramente usted ha consumido alguno de los productos que Congrupo, una empresa comprada en 2006 por inversionistas venezolanos, importa a Colombia. No solo traen diferentes productos como Hershey’s, Act II, Flips o Mentos, sino que tiene presencia en más de 21 ciudades.

“Nuestra red de distribución directa y a través de aliados nos permite atender en Colombia más de 1.500 clientes directos y más de 20.000 clientes indirectos. Además, exportamos a más de 10 mercados nuestro portafolio más relevante, logrando presencia en la mayoría de países de la región”, dice la compañía en su página web.


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Esta empresa desarrolla y comercializa productos de consumo masivo, y apunta a ser rentable y sostenible en el tiempo. En su visión quieren “ser reconocidos como la mejor empresa de manufactura y comercialización de marcas de alto valor siendo la opción favorita para nuestros consumidores, clientes y principales en el mercado colombiano e internacional”.

El impacto de Prosein

La empresa venezolana Prosein llegó al mercado colombiano en 2011, abriendo su primera tienda en La Floresta, en la capital. Esta es una comercializadora experta en acabados para la construcción y la remodelación, con una trayectoria de casi 40 años, en mercados como Colombia, Venezuela y Estados Unidos, que le permite tener más de 83 tiendas físicas. “Trabajamos con fábricas líderes en producción de materiales, trayendo al mercado colombiano los mejores estándares”, dice la compañía.

Información tomada de La República*

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43 casos de extorsión se han registrado en lo que va de 2024, a corte del 19 de abril.
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Pese a la percepción de inseguridad que existe en Cúcuta por cuenta del disparado índice de asesinatos,  otros delitos, como la extorsión, han disminuido notablemente. 

Según el Sistema de Información Estadístico Delincuencial y Contravencional de la Policía Nacional, a corte de 19 de abril 2024, se habían registrado 43 casos de extorsión en la capital nortesantandereana; mientras que en el mismo periodo de 2023 se contabilizaron 107, es decir, una diferencia de 64, que representa una disminución del 60%. 

Diego Villamizar, secretario de Seguridad Ciudadana del municipio, indicó que esta reducción tiene que ver con los operativos conjuntos que vienen haciendo con unidades especiales de la Policía Metropolitana, Ejército y el Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal,  Gaula


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“La idea es contener y que no se siga presentando este delito. La respuesta de los comerciantes ha sido muy positiva, ellos quieren, y así nos lo han manifestado, que sean de manera permanente”, dijo Villamizar. 

Sobre el tipo de extorsión que opera en la ciudad, afectando principalmente a comerciantes del centro de la ciudad, Villamizar precisó dos tipos: las llamadas telefónicas desde centros carcelarios, y  las visitas intimidantes y mensajes amenazantes por medio de panfletos. 

Destacó que recientemente se lograron dos acciones contundentes contra este delito, con la captura de alias ‘Bombillo’ y alias ‘Caracas’, este último que intimidaba a los comerciantes con una granada. Sobre los demás integrantes de las bandas que lideraban estos sujetos, Villamizar señaló que ya la mayoría está identificada y se han ido capturando, al tiempo que se van iniciando los procesos judiciales. 


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“Igualmente nosotros vamos a seguir con operativos especiales y con la socialización de los mecanismos de defensa que tienen los ciudadanos frente a estas situaciones”, dijo el funcionario de Seguridad Ciudadana. 

A las personas que están atravesando por alguna situación de extorsión las invitó a denunciar a través de la línea 147 del Gaula. 

 Mayor cooperación de la justicia

Villamizar señaló la importancia de que acciones como las que vienen adelantando las fuerzas de seguridad sean acompañadas y respaldadas por el sistema de justicia colombiano, puesto que existen acciones penales que resultan frustrantes para los organismos que llevan adelante operativos contra la inseguridad. 

“A veces nos pasa que se dan capturas, se desarticulan organizaciones criminales y cuando el caso llega a las instancias penales, los jueces resuelven dar detenciones domiciliarias o los dejan libres, otros salen por vencimiento de términos. Es una falla general del sistema de justicia y no podemos callar ante lo evidente”, dijo el secretario de Seguridad Ciudadana. 

 

Destacó la necesidad de fortalecer no solo la capacidad de justicia, sino la seguridad en las cárceles, principal fuente de extorsión y centro de operación de pesados delincuentes, que siguen dirigiendo de manera remota y a placer sus organizaciones criminales. 

Villamizar se refirió puntualmente a las tres bandas criminales de Cúcuta que están generando zozobra entre sus habitantes por sus enfrentamientos en las disputas de territorio. La Familia “P”, cuyo líder Ever Carreño Corredor, alias Porras, ha sido trasladado a cinco diferentes cárceles y aún sigue delinquiendo. 

“Hace 15 o 20 días lo trasladamos de la cárcel de Popayán a La Picota, con medidas especiales, y sigue teniendo acceso a celulares”, dijo el secretario de Seguridad Ciudadana. La otra organización identificada son los AK-47, su líder, alias Saúl, fue capturado en Venezuela y esto no representa mayores garantías. 

Los Lobo, la tercera banda en pugna, y cuyo cabecilla Jorman Lobo, capturado hace mes y medio, sigue generando hechos de violencia desde la cárcel. 

“Es un circulo muy complejo, pues una parte de los capturados, por fallas judiciales quedan libres, y otra parte, pese a ser condenados, siguen delinquiendo”, dice el funcionario municipal.

Sobre el caso de Alejandra Cruz

Este fin de semana sorprendió que en el caso de Alejandra Cruz, víctima de agresión por parte de  José Peñaloza Peñaranda en una situación de presunta intolerancia, la justicia no ha operado, al menos no cómo lo esperaba la joven.

Al respecto, Villamizar indicó que desde la administración municipal se le brindó todo el acompañamiento posible, pero al quedar el caso ya en instancias de la Fiscalía, desde la Alcaldía no pueden hacer nada más.


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Lamentó el mensaje errado que se está enviando desde el los órganos de justicia,  por no brindar protección a la víctima.

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