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La pandemia no silenció la música en El Carmen
Dada la contigencia, el maestro Yesid Julio Ortega creó ‘Cuarentena Band’  y continúa con la formación.
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Celmira Figueroa
Celmira Figueroa
Viernes, 28 de Agosto de 2020

A Yesid Julio Ortega no le gusta el protagonismo, pero sí sembrar. En este caso, música para alejar a niños y jóvenes de malos espacios y compañías y mantenerlos ocupados con un instrumento.

Nació en el municipio de El Carmen y allí se ha formado y transmite conocimiento a un sinnúmero de alumnos, incluyendo población con alguna discapacidad.

Desde los 17 años se ha compenetrado con el servicio y en la escuela de formación de música de viento de El Carmen encontró el laboratorio perfecto para transformar futuro.

Hace más de dos décadas se embarcó en ese sueño y con la Banda ‘16 de Julio’ hizo los pininos en formación de  música de viento. Ese gustico fue creciendo y terminó dirigiendo la Banda Juvenil con la que ha cosechado triunfos participando en festivales y encuentros municipales y departamentales.

En el Ministerio de Cultura ha encontrado el soporte para adelantar talleres  de instrumentación y  dirección. Considera que con la música ha logrado cambiar mentalidades y  niños desde los cinco años hasta adultos han encontrado un oasis  en ese campo.

Desde la Casa de la Cultura de El Carmen trabaja en ese proceso de formación y al comienzo, con la declaratoria mundial de la pandemia por el coronavirus, estaba preocupado por sus estudiantes.

Sin embargo, se le abrieron las ventanas en las redes sociales para que la música no se silenciara, a pesar de que la señal de internet no sea tan óptima.

Y creó ‘Cuarentena Band’ para permanecer conectados a través de las plataformas digitales. “Incluso en esta nueva experiencia  se han involucrado padres de familias desde sus casas, escapando así  del aburrimiento”.

A esos ensambles virtuales se han vinculado artistas, exalumnos, que no están pasando la cuarentena en ese pintoresco municipio que en el 2005, su centro histórico, fue declarado  Bien de Interés  Cultural de Carácter Nacional y que dista a 313 kilómetros de Cúcuta y 53,5 kilómetros de Ocaña.

Julio Ortega sostiene que la pandemia no “nos puede afectar. Todo lo contrario tenemos que encontrar la manera de mantener en pie el proyecto, de continuar con la formación a pesar de las circunstancias. Y ese espacio lo encontramos en la virtualidad”.

Saca pecho en el sentido que ha llegado a jóvenes con discapacidad motriz y auditiva logrando “excelentes resultados”.

Es optimista. No le gusta renunciar sino seguir reprogramándose “creando espacios porque la música no solo se debe mirar como arte o negocio, también como parte académica, que permita una ayuda a la socialización y que fomente los buenos hábitos y la creatividad”.

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