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Frontera
Muchos pasaron por la trocha tras el cierre de frontera
Grupos de al menos 10 personas se arriesgaban a cruzar a Venezuela por el río Táchira.
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Sábado, 10 de Marzo de 2018

Sin alimentos, sin poder bañarse y sin un lugar dónde descansar cómodamente.

Así estaban el viernes por la mañana decenas de venezolanos que no lograron pasar de regreso a su país, tras el cierre de fronteras decidido por Colombia con ocasión de las elecciones de este domingo 11 de marzo.

En pleno separador vial de La Parada (Villa del Rosario), algunos bostezaban, otros descansaban sobre sus maletas, unos más sostenían conversaciones sobre el valor que les podrían cobrar por cruzar por una trocha y, otros cuantos, pegados a las vallas de seguridad, intentaban convencer a los policías para que les autorizaran el paso, así fuera por unos minutos.

Luz Flórez llegó de Socopó (Barinas) muy temprano el jueves. Cruzó hasta Cúcuta para comprar mercado, como acostumbra a hacerlo cada quince días.

“Le he pedido a la Policía de acá que nos dé paso, pero la respuesta es que eso es decisión presidencial, que no les compete a ellos, que para eso se había anunciado; lo que muchos no entienden es que allá no tenemos canales colombianos porque nos los quitaron, y otra cosa, Colombia, cuando entraba en elecciones, siempre acostumbraba a cerrar era un viernes, no un jueves. Por eso no me di por enterada”, contó la mujer.

Como ella, también está Elianta García y Ana Chaparro, venezolanas oriundas del Táchira. Ellas dos sí sabían del cierre, pero por un descuido no lograron pasar.

“Creímos que habíamos tomado la buseta directa hasta La Parada (Villa del Rosario), pero cuando estábamos llegando a la redoma que hay antes de la Universidad, nos dimos por enteradas de que esa buseta subía hasta el pueblo de Villa del Rosario. Cuando llegamos a las 6:10 de la tarde, ya estaba todo cerrado”, contaron.

Las tres mujeres pasaron la noche del jueves a la deriva, no se conocían antes y por temor a lo que podría pasarles, decidieron cuidarse entre ellas.

Ayer, a mitad de la mañana, intentaron pasar el río Táchira, pero la creciente las invadió de miedo y se regresaron.

“A ti te cobran según lo que lleves, si cargas mucha maleta te pueden sacar hasta $30.000 solo por ayudarte a cruzar. Pero ese río está alto, cuando vi que el agua les pasaba el pecho a otros, no fui capaz de arriesgarme”, dijo Luz.

La Opinión consultó con Migración Colombia sobre la situación de los extranjeros. “El cierre de la frontera está por Decreto y el mismo fue claro. El jueves se hizo una excepción y se abrió por un momento para que las personas que estaban represadas pudieran pasar. 

Las que quedaron fue porque llegaron mucho más tarde. Esas personas fueron llevadas al Centro de Atención al Migrante.

Los ciudadanos venezolanos deben entender que así como tienen unos derechos, también tienen unos deberes y uno de  ellos es obedecer nuestra legislación”, dice el escrito enviado por esta entidad.

De otra parte, entre caminos empedrados y llenos de matorrales, un grupo de al menos 10 personas se arriesgaban ayer a cruzar a Venezuela por el río Táchira.

Apurados con las maletas al hombro y guiados por dos hombres, buscaban la parte más baja del afluente para lograr su cometido.

Mientras tanto, al otro lado del río, varios hombres, ayudantes de los que cobran por cruzar la frontera, respondieron con piedras y mostrando sus partes íntimas a los periodistas.

Las autoridades, por estos lados, jamás se vieron.

Laura Serrano Díaz

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