Soportando temperaturas que oscilan entre los 30 y 35 grados celsius permanecen en rigurosa fila india 15 carreteros venezolanos, justo en la línea del puente internacional Simón Bolívar que divide la frontera venezolana con Colombia.

Ellos aparecieron en ese sitio desde el pasado 13 de agosto, cuando se permitió el paso peatonal por la frontera.  Cobran entre dos  y cinco mil pesos por cargar  hasta las casas de sus paisanos en San Antonio mercados, maletas, llantas o cuanta mercancía traen de Cúcuta y Villa del Rosario. 

Antes del cierre de la frontera, ellos se ganaban el sustento en las afueras de los almacenes y centros de acopio de San Antonio, pero ante la fuerte recesión económica que azota a ese municipio, “ahora nos rebuscamos para la comida en el puente Simón Bolívar, aprovechando que no hay paso de transporte”, dijo Rogelio Pérez, uno de los 15 carreteros que hace presencia allí.

Con ellos también se rebuscan el sustento unos 2 mil mototaxistas del lado venezolano, en jornadas diarias que les dejan a cada uno entre 30 y 45 mil pesos.

La Opinión