La UEFA abrió un “expediente disciplinario” sobre Sergio Ramos, capitán del Real Madrid, por las sospechas de haber buscado deliberadamente recibir una tarjeta amarilla el miércoles en Ámsterdam contra el Ajax, algo que el defensa negó.
En la zona mixta, después del partido ganado por el equipo español por 2-1, el jugador andaluz de 32 años había dado a entender que ese había sido su objetivo.
“Quiero dejar claro que me duele más que a nadie, que no he forzado la tarjeta, como tampoco lo hice contra la Roma en mi anterior partido de Champions League, y que apoyaré desde la grada como un hincha más con la ilusión de poder estar en cuartos”, señaló Ramos en Twitter.
Antes, en la zona mixta, el internacional español había dicho: “Viendo el resultado mentiría si dijera que no la he forzado, es algo que tenía presente y no es por subestimar al rival ni pensar que la eliminatoria se ha pasado, en el fútbol te toca tomar decisiones complicadas y lo he decidido así”.