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Cuando la ‘lesión maldita’ tira al piso las ilusiones
El arquero nortesantandereano Leandro Castellanos, del Santa Fe, sufrió una lesión en su pie en pleno partido.
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Colprensa
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Domingo, 11 de Noviembre de 2018

Transcurría el minuto 54 del partido entre Santa Fe y Envigado del pasado 5 de septiembre cuando Andrés Leandro Castellanos salió corriendo en busca de una pelota tras el pase de su compañero Yeison Gordillo.

En ese instante, recordó, sintió una punzada en el talón derecho de su pie que lo envió al suelo. El dolor, dijo el arquero nortesantandereano de 34 años de edad, era insoportable.

Así, sin poderse levantar y tomándose el pie con ambas manos, Leandro pidió desesperado el ingreso del médico del club bogotano, mientras el volante del Envigado, Yeison Guzmán, marcaba el gol aprovechando que el arco estaba descubierto. El dictamen médico fue claro: su tendón de Aquiles se rompió.

Y tal y como lo relata la Ilíada (epopeya de la Antigua Grecia, que abarca del 1200 años antes de Cristo al 146 a. C.). Aquiles, el guerrero griego fue abatido por el troyano Asteropeo en la guerra de Troya. Este se valió de una flecha que le clavó en el tobillo a Aquiles y que, según los relatos, era la única parte vulnerable de su cuerpo.

De este episodio nació el adagio popular del “talón de Aquiles”, para hacer referencia al punto flaco o débil de una persona.

Así sucede con los deportistas quienes quedan abatidos al sufrir esta ruptura, que es conocida en el medio deportivo como la lesión maldita, por lo complicado y demorado que es el tratamiento y por el riesgo que corre el atleta de no volver a alcanzar el mismo nivel que traía al momento de regresar, como lo certificó Rafael Montaña, médico del Santa Fe.

A continuación les contamos en qué consiste, su tratamiento y recuperación.

¿Qué es la ruptura del tendón?

Está catalogada, por los médicos deportólogos, como una de las tres lesiones más complejas de tratar en un deportista. Las otras dos son en rodillas y en tobillos.

El tendón, que está ubicado en la parte posterior del pie y es el encargado de dar entre otras cosas estabilidad, se rompe y debido a que no se regenera, la única manera de recuperarlo es haciendo una cirugía para implantar un injerto, que es extraído del cuerpo del paciente.

¿Cómo se produce esta lesión?

Según lo expuesto por los médicos de los equipos consultados (Rionegro, Leones, Santa Fe y América) temas como las sobrecargas en el ejercicio (excederse en tiempo y pesos de trabajo), la edad y los exigentes entrenamientos, al igual que el uso de zapatos deportivos no adecuados y escenarios o canchas en malas condiciones forman un caldo de cultivo que ocasiona el deterioro de esta parte de las extremidades inferiores.

Tratamiento y el tiempo de recuperación

Montaña mencionó que tras la operación, el deportista debe permanecer seis semanas inmovilizado, en total quietud. Luego se inicia un proceso de seis meses de recuperación y fisioterapia, lo cual lleva a una incapacidad de entre 8 y 12 meses, dependiendo de la evolución del jugador y la capacidad de asimilación al proceso.

Leandro afirmó que ha soportado estar fuera de las canchas, gracias al apoyo de su familia, su esposa Jessica Fuentes y sus gemelos Jerónimo y Julieta, con quienes ha compartido en casa.

En su caso y, como sucede con la mayoría de jugadores dictaminados con este cuadro médico, se trastoca las curvas de rendimiento. En el caso de Castellanos, había logrado, en febrero de este año, un registro de 684 minutos sin recibir gol y, en 2017 había sido llamado a la Selección Colombia de mayores, con la que jugó 90 minutos previo al Mundial.

Para Sergio Álvarez Franco, médico deportivo de la Universidad de Antioquia, el que esta lesión afecte a los arqueros y defensas centrales, principalmente, no es fortuito, ya que son posiciones de mucha fricción (a diferencia de los mediocampistas y atacantes).

Son ellos quienes más saltan, debido a que deben despejar balones que llegan, por lo general, arriba de sus cabezas, provocando así más golpes sobre el pie de apoyo. De igual forma son ellos quienes más trabajan las series aéreas en las prácticas, recibiendo toda la carga allí.

“Uno siempre le hace al jugador un plan de manejo de cargas para evitar lesiones, pero además, se le pide que tenga buenos hábitos (alimentación y descanso) y, especialmente, trabajos de fortalecimiento, estiramiento y flexibilidad que influyen a la hora de evitar esta lesión”, manifestó Sergio Álvarez, galeno de Rionegro Águilas Doradas.

De ello depende un buen regreso al balompié, como en su momento lo tuvo el guardavallas Nelson Ramos, quien vivió idéntico proceso cuando jugaba con Millonarios en 2013 y que, tras 10 meses, volvió a jugar ya con el tendón plenamente recuperado.

Caso contrario sucedió, el año pasado, con el también arquero antioqueño Luis Enrique Martínez, quien sufrió esa misma lesión cuando jugaba en América y prefirió abandonar la carrera, ya que con 35 años de edad y los 9 meses que iba a estar fuera de las canchas sería más difícil regresar y recuperar su nivel.

Por lo pronto, Castellanos asume su larga rehabilitación dándose fortaleza mental, como complemento del trabajo físico. “Nunca dejés que tus miedos ocupen el lugar de tus sueños” o “la pasión por lo que haces te mostrará que los limites son mentales”, son sus frases de batalla para combatir la “lesión maldita”.

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