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Déiber Caicedo: Perdón por no haber estado para protegerte
El joven le dedicó el gol a su hermanita asesinada.
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Colprensa
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Lunes, 19 de Febrero de 2018

“Perdón por no haber estado para protegerte”. La frase es tan dolorosa como el mismo hecho que la origina…

El 2 de enero pasado, en el casco urbano del municipio de Barbacoas (Nariño), una niña de 13 años de edad era asesinada a bala al lado de otra menor por un sicario que se movilizaba en una motocicleta, en circunstancias que aún son investigadas. La pequeña era la hermana de Déiber Caicedo, la misma a la que el jugador del Deportivo Cali le dedicó el miércoles pasado, entre lágrimas, su primer gol como futbolista profesional.

En el minuto 47 del primer tiempo del partido contra Boyacá Chicó, por la tercera fecha de la Liga, el juez central decretó un tiro libre. Déiber, de apenas 17 años, le pidió al experimentado John Édison Mosquera que lo dejara ejecutar el cobro. Mosquera cedió y Déiber le pegó a la pelota magistralmente, como si en su pierna derecha esa fuera una vieja costumbre, y la acomodó en un ángulo adonde le fue imposible llegar al arquero Sergio Avellaneda.

Mientras el cancerbero del Chicó miraba la pelota anidada en su arco, Déiber corría como loco, con el rostro poseído por una mezcla de felicidad y dolor, para celebrar el gol. No hubo un solo compañero del Cali que no lo abrazara. Hasta los del banco salieron a felicitarlo. Inclusive, el técnico Gerardo Pelusso lo apretó entre sus brazos con un gesto paternal y de agradecimiento. De pronto, alguien le pasó una camiseta que Déiber elevó hacia el cielo, aún con el rostro mojado por las lágrimas. En ella había una estampa a color de su hermanita y entonces el jugador soltó aquella dolorosa frase: “Perdón por no haber estado para protegerte”…

“Siempre lo tuve claro, era una promesa. Había jurado que cuando marcara mi primer gol como futbolista profesional, se lo iba a dedicar a ella”, dijo en diálogo con El País el canterano, al que le entraron decenas de llamadas en su celular horas después de su gesta.

Pero Déiber prefiere seguir con los pies sobre la tierra. Dijo que su vida deportiva apenas está comenzando. Que aún no ha ganado nada y que son muchos los sueños que tiene por alcanzar. Tampoco presumió por haberse puesto la camiseta de la Selección Colombia de menores en un Suramericano y el Mundial de la India, o por haber estado una semana en un campus del Milán de Italia, donde conoció a su gran ídolo, Ronaldinho.

¿Qué le dijeron sus compañeros en el camerino después del partido?

Me felicitaron, aún sigo emocionado. Es uno de esos momentos en los que te da nostalgia por esa persona que ya no está. Ansiaba marcar gol para dedicárselo a María José.

¿Hace cuánto la perdió?

Fue el 2 de enero pasado. Al parecer, ella estaba en el lugar equivocado. El sicario que hizo el daño iba por otra persona. Lastimosamente ella estaba en esa casa y como el sicario no pudo cumplir su objetivo, las asesinó a ella y a otra niña. 

¿Qué tan especial era la relación de ustedes?

Con todas mis hermanas (Déiber es el único hombre de cuatro hijos del matrimonio Caicedo Mideros) me la llevo bien, pero María José era muy especial. Hasta me dedicó una canción la última vez que fui a visitarla a Barbacoas. Ella cantaba y componía, y era muy creyente del evangelio. Inclusive, me aconsejaba que nunca me olvidara de Dios.

¿Qué canción le dedicó?

Un tema que ella compuso, lo tengo grabado en un video donde mi hermanita aparece cantándome y lo veo frecuentemente. La letra es muy buena, fue algo que le salió de su cabeza y su corazón. Dice: “Déiber de mi vida, tu recuerdo no se olvida, tu hermana está aquí cantándote”… es muy bonita.

Vamos a la cancha. Mostró usted mucha personalidad al pedirle con convicción la pelota a Mosquera para cobrar el tiro libre del gol…

Tenía el presentimiento de que esa jugada terminaría en gol porque practico mucho el tiro libre y gracias a Dios se me dio. 

Dijo Pelusso que él no mira la edad ni el currículum cuando le da la oportunidad a un jugador…

Él es un gran apoyo para mí, sabe de mi potencial y lo que puedo crecer como futbolista. Pero lo del miércoles fue apenas un paso, a mí me falta mucho por aprender y esto es trabajando día a día.

¿Quién es el jugador que más lo aconseja en el equipo?

Todos me dan consejitos, pero los que más se me acercan son Andrés Pérez y Pepe Sand, los más experimentados. Ellos me dicen que me exija a diario, que no me conforme y que tenga los piecitos sobre la tierra.

Muchas cosas buenas están pasando en su vida a tan corta edad, pero usted prefiere mantenerse aterrizado…

Es que mi vida deportiva apenas está empezando, yo no he ganado nada todavía. Solo hice un gol y quiero segur por ese sendero. En mi posición hay mucha competencia, y si quiero triunfar, tengo que exigirme el doble, pero siempre con la misma humildad. 

¿Qué sueña, Déiber?

Desde pequeño lo he dicho, quiero ser un jugador tipo exportación a Europa. Primero quiero marcar historia en el Cali y de ahí en adelante, lo que Dios tenga guardado para mí.

Ya supo lo que es Europa. Estuvo en un campus del Milán durante una semana, al lado de nadie menos que Ronaldinho…

Sí, estuve una semana con todos esos cracks. Cuando tenía 10 años hicieron una convocatoria del Milán en Ipiales (Nariño), cerca de mi pueblo, y fui seleccionado para ese campus. Aprendí un poco de la cultura italiana y eso me ha servido mucho. Me dio mucha alegría conocer a mi ídolo, el gran Ronaldinho.

¿Por qué es su ídolo Ronaldinho?

Por su sonrisa, el espectáculo que daba en la cancha, su carisma fuera de ella. El fútbol es alegría, la gente paga para ver espectáculo y Ronaldinho lo brindaba. Lo conocí y vi en él mucha humildad. La verdad, trato de imitarlo en lo que puedo, aunque es inalcanzable. 

¿Cuándo supo que usted podía dedicarse al fútbol?

Tenía 7 años. Me metieron a una escuela de fútbol en Barbacoas que se llamaba Los Galácticos y ahí me di cuenta de que tenía pasión por este deporte y condiciones para ser alguien. Luego estuve en el campus del Milán y después llegué a un satélite del Cali, el Andrés Sanín, donde di el salto para las canteras. Y desde enero estoy con el equipo profesional.

Su padre, Johan Caicedo, fue volante mixto del Pereira y el Tolima. ¿Qué le dijo después del partidazo que hizo el miércoles usted?

No la cree todavía. Me dijo que me quería mucho, que estuviera tranquilo, que aún no ha pasado nada grande, que siguiera trabajando. Él me aconseja mucho y lo que soy también es obra suya, porque sabe lo que uno sufre en este oficio y los sacrificios que debe hacer, como jugador profesional que fue. 

Los grandes jugadores no necesitan mucha estatura y usted mide 1,65…

Pero todavía no soy grande. Pienso que la habilidad no está en la estatura y, por el contrario, eso ayuda para ser más escurridizo.

¿Qué hace un niño de 17 años cuando no está en la cancha?

Yo me la paso con mi familia y cuando no, pues veo fútbol, me gustan los programas deportivos para aprender de las grandes figuras.

¿Qué equipo disfruta como espectador?

Barcelona, sin duda. Imagínese, hay muchos cracks allí y hacen del fútbol un espectáculo muy bonito.

¿Al lado de qué jugador se sueña defendiendo una camiseta?

Quisiera algún día jugar con James y Cuadrado en la Selección Colombia, ese es mi sueño. Creo que todos los jugadores quisiéramos vivir lo que está viviendo Yerry Mina al lado de un crack como Messi, pero por ahora sueño con lo más cercano. 

Me imagino que, como buen barbacoano, come mucho pescado…

Sí, yo le meto a todo, pero los frijolitos no los cambio por nada.

¿Y la novia?

Noooooo, nada de novia por ahora. Mi novia es el fútbol, no quiero ningún otro compromiso.

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