Tres horas marcaron la diferencia de tiempo en la que se registraron dos homicidios, la noche del domingo, en Cúcuta. Aunque se trata de dos hechos aislados, las autoridades no descartan que puedan guardar alguna relación. 

El coronel José Luis Palomino, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, dijo que entre las dos víctimas existían algunas coincidencias.

“Eran consumidores de drogas, estuvieron en un proceso penal por el delito de hurto y eran conocidos. Hasta el momento no identificamos un lazo causal para establecer si los dos homicidios vienen de la misma fuente determinadora e intelectual”, aseguró el oficial.

Sin embargo, Palomino, dijo que las autoridades tienen información sobre los presuntos responsables de estos homicidios y están tramitando las órdenes de captura.

Búcaro

El pistolero que asesinó de cuatro balazos a Juan Carlos Sánchez Almanza, Búcaro, en la calle 16 con avenida 23 del barrio Gaitán, lo atacó cuando caminaba por este sector, a las 9:00 de la noche.

El homicida que llegó a pie, vestía un bluyín y camisa blanca, le disparó a Sánchez y luego huyó del lugar sin que las autoridades pudieran capturarlo.

Una de las balas impactó en el portón de una casa, generando riesgo a los habitantes de la vivienda.

“Escuchamos los disparos y de inmediato nos escondimos y no quisimos abrir la puerta. La bala pegó cerca de donde nosotros dormimos”, dijo la afectada.

Los habitantes de este sector del barrio Gaitán aseguraron que no conocían a la víctima.

Jíbaro, el presunto asesino

Las autoridades adelantan las investigaciones para esclarecer si un hombre conocido como Manolo, es el presunto homicida del minero Víctor Alfonso Vargas Celis, asesinado en la calle 15 con avenida 49, del barrio Antonia Santos.

Según las investigaciones de las autoridades, Vargas, de 34 años, presuntamente le compró una dosis de droga a Manolo, quien sería expendedor. Luego, se registró una riña entre los dos, aparentemente, por la calidad del estupefaciente.

En medio de las agresiones, el homicida sacó un arma y le disparó en una oportunidad a la víctima, causándole la muerte de manera inmediata. El hecho ocurrió a las 12:40 de la madrugada de ayer.

Familiares de Vargas, aseguraron que, aunque su ser querido fue consumidor de drogas, actualmente se había rehabilitado y trabajaba en una mina familiar ubicada en Cerro Mono, en la vía a Tibú.

Los dolientes dijeron que Vargas retornaba a su casa los viernes y pasaba el fin de semana con su familia.

Sin embargo, no descartaron que el crimen sea producto de un lío con drogas.

Indagaciones 

Miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) adelantaron la inspección y el levantamiento de los cadáveres, para trasladarlos al Instituto de Medicina Legal.

Los investigadores recolectaron las evidencias en las escenas de los hechos para iniciar es esclarecimiento en cada caso.