Para llegar hasta el punto donde fue hallado un hombre muerto, al mediodía del domingo, hay que atravesar riachuelos, caminar en una zona boscosa y soportar olores que demuestran que le quedó muy bien puesto el nombre a este sector conocido como Caño Picho, en los alrededores de la cárcel de Cúcuta.

Esta trocha, que colinda con el territorio venezolano, en donde además, no hay presencia de las autoridades colombianas, es recordada por ser escenario de múltiples asesinatos, incluida una masacre registrada el 15 de julio de 2016, donde murieron los hermanos Jeffrey Alexander y Estiven Mauricio Forero Abreo, de 18 y 24 años, respectivamente, y Yeison Jean Carlos Roa Gómez, de 22.

Hasta allí ni siquiera los uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta se atrevieron a llegar, indicando que el cadáver estaba en territorio venezolano.

El hallazgo

Según se conoció, una mujer que pasaba por este camino informal, alcanzó a observar al cadáver, por lo que de inmediato le informó a algunos paleros que sacan arena del río, para que alertaran a las autoridades.

Sin embargo, hasta el lunes nadie había levantado el cadáver.

Según se conoció, al parecer, una leve creciente del río Pamplonita hizo que el cadáver llegara a la orilla que está más cerca al suelo colombiano.

En medio del agua y el barro, los chulos empezaron a devorar el cadáver.

Aunque al cuerpo no se le veían heridas, lo único que supieron algunas personas que lo vieron desde el mediodía del domingo, es que vestía una franelilla, un bluyín y botas.

Se presume que se trate de un hombre venezolano, aunque nadie ha confirmado esta nacionalidad. Por este sector, pasa mercancía de contrabando desde el territorio del país vecino.

Por ahora, se espera que alguna autoridad levante el cadáver y se verifique si el hombre fue asesinado o murió ahogado, para esclarecer los móviles del hecho, que alteró a los habitantes de esta zona.