A César Alberto Rincón Celis todo le empezó a salir mal ayer desde muy temprano. El hombre partió de su casa rumbo al corregimiento de San Faustino, a recoger su moto con la que a diario traía gasolina de contrabando, la cual, se le había quedado varada.

Sobre las 4:30 de la mañana, un vecino lo recogió en el sector de El Tierrero, en un vehículo Dodge Coronet, verde, de placa GCJ-125. En el sitio, cerca de la Terminal de Transportes, Rincón Celis cuidaba un taller de prensa.

Así que junto a otro pasajero emprendieron el viaje hacia esta zona rural de Cúcuta. 

Pero, llegando a la glorieta del barrio El Salado que está frente a la cárcel, el carro empezó a presentar fallas mecánicas y de un momento a otro un corto eléctrico generó chispas en el motor y se trató de incendiar. Por lo cual, el conductor se bajó apresurado y tuvo que improvisar un arreglo para poder continuar la marcha.

Pero el vehículo solo rodó unos 30 metros después de la glorieta, cuando se apagó y no encendió más. Enseguida, los ocupantes tuvieron que bajarse y orillarlo para no impedir el tráfico vehicular rumbo a la frontera con Venezuela.

El homicidio

Solo habían pasado diez minutos, cuando dos hombres en  una motocicleta llegaron al sitio. El parrillero sacó un arma y le disparó de manera indiscriminada a Rincón Celis, quien cumpliría 36 años el próximo domingo.

La víctima, natural del municipio de Cimitarra (Santander),  fue asesinada con sevicia tras recibir siete balazos que lo impactaron  en la cabeza, la espalda, el pecho y las manos.

Miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía practicaron la inspección y el levantamiento del cadáver que fue trasladado a la morgue del Instituto de Medicina Legal.

El coronel Rubén Valencia, comandante encargado de la Policía Metropolitana de Cúcuta, aseguró que se adelantan las investigaciones para esclarecer el crimen.