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Presentía su muerte y pidió que lo velaran en su casa
El hecho ocurrió en la manzana D lote 5 del barrio Juan Pablo II.
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Miércoles, 20 de Febrero de 2019

Dos horas antes de que un pistolero asesinara a balazos a Marco Tulio Rodríguez Vargas, él se despidió de su mamá. Primero, le pidió la bendición y luego le recomendó que si lo mataban o le pasaba algo su cadáver fuera velado en la sala de su casa.

Esas palabras las guardará por el resto de los días, la mamá de este hombre, al igual que algunos detalles que tuvo y que no acostumbraba a hacer cotidianamente.

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“Él llegó a visitarme, jugó con su sobrino, que nunca lo hacía. Me pidió comida y después fue cuando me dijo que si le pasaba algo que me cuidara y que me quería mucho”, aseguró la mujer, en medio de las lágrimas.

El Gordo o Marmota, como conocían a Rodríguez, salió de la casa de su mamá sobre las 4:30 de la tarde del martes. Dos horas después, llegó la noticia de que lo balearon.

Aprovechó la distracción

El hecho ocurrió en la manzana D lote 5 del barrio Juan Pablo II, cuando Rodríguez conversaba con un hombre.

Según algunos testigos, en ese momento, arribó al lugar un hombre en una motocicleta venezolana negra, de marca Bera Socialista y para persuadir a la víctima, le preguntó por una dirección cercana.

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En el momento en que Rodríguez le indicó el rumbo que debía tomar, el agresor sacó un revólver y le disparó a la cabeza.

Aunque la víctima alcanzó a correr dos cuadras mientras el pistolero huía en la motocicleta, finalmente cayó al piso y murió después en un centro médico.

Miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) adelantaron la inspección y el levantamiento del cadáver.

“Mi hermano pedía que no lo dejaran morir. Al rato llegó una patrulla de la Policía y se lo llevaron”, dijo una doliente.

Por ahora, las autoridades avanzan en las pesquisas para esclarecer los móviles y autores de este nuevo crimen en la ciudad.

Siempre nos protegió

Los hermanos de Rodríguez aseguraron que él siempre les manifestó que nunca los involucraría en sus problemas.

“Siempre nos decía que los problemas eran de él, pero nunca contó de amenazas ni algo extraño”, agregó una hermana de Marco Tulio. 

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