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A quemarropa, fue asesinada cerca a Valles del Rodeo
Lucero Yesenia Vera Ramírez estaba inmersa en el mundo de las drogas.  
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Martes, 24 de Julio de 2018

La madre de Lucero Yesenia Vera Ramírez no dormía en las noches preocupada por la suerte de su hija que recorría sola las calles, inmersa en mundo de las drogas. 

Cada instante la invadía el presentimiento de que algo malo le podía suceder a Lucero. En su angustia, prefería verla en una cárcel que deambulando sin sueños ni esperanzas y mucho menos sin ánimos para sacar adelante a su pequeña hija, de 5 años.

Pero, aquello que siempre temió sucedió este martes justo a la puerta de su casa, donde su hija, de 21 años,  fue asesinada por dos sujetos que le dispararon a quemarropa y escaparon a pie.

El hecho se registró temprano en un sector cercano al barrio Valles del Rodeo, minutos después de que la joven llegó y se sentó en silencio sobre una piedra, frente a la vivienda de su mamá.

Lucero de vez en cuando se quedaba en su casa, pero en esta ocasión, al parecer, estaba esperando a que su madre saliera, por eso no tocó a la puerta.

“Yo no me había levantado todavía porque en las noches no dormía preocupada por ella.  Cuando escuché los dos tiros grité y al levantarme alcancé a ver a dos tipos corriendo hacia el barrio Manuela Beltrán”, recordó la desconsolada progenitora.

Al abrir la puerta, su hija estaba tirada, boca arriba, al lado de la piedra.

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Malos pasos 

En su niñez y adolescencia, Lucero estudió, trabajó en un supermercado y aprendió a lavar busetas como su madre. Pero, desde hace tres años todo cambió y al probar la droga, no pudo volver a salir. 

“En los últimos años se ‘volvió’ para la calle y consumía drogas. A ella la habían amenazado porque cualquier cosa se llevaba (robaba) para comprar las dosis”, agregó la progenitora.

El último recuerdo de su hija fue el pasado lunes, cuando llegó al paradero donde trabaja su madre y le dijo que tenía hambre. Ella le respondió que fuera a la casa y preparara algo de comer, pero Lucero Yesenia no le hizo caso. 

“Le solicité muchas veces ayuda a la Policía, pero nunca me colaboraron porque no quería ver a mi hija muerta. Les pedía desesperadamente que hicieran algo para que se la llevaran a la cárcel”, concluyó la mujer en medio de su dolor por la muerte de la segunda de sus tres hijos.

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