Desde el 11 de julio, los familiares de Ulices Horacio Torres Meza viven entre el dolor, la incertidumbre y la angustia, de no saber dónde se encuentra él, pues desapareció y ninguna autoridad les ha sabido decir algún dato preciso.

Cuatro meses han pasado desde la última vez que la familia de este hombre, de 46 años, sintió el calor de sus brazos, la suavidad de sus caricias y aquellas sabías palabras que como padre y esposo son características en él. 

Aquella mañana, los familiares de Torres Meza le perdieron el rastro a este microempresario oriundo de Tibú, que se dedica a servicios especiales como conductor, luego de que saliera a hacer unas vueltas en una camioneta.

Desde entonces, los seres queridos de Ulices Horacio están indignados, pues las autoridades marchan lentamente frente a la búsqueda de él.

La desaparición

Ese día, Ulices Torres salió junto con su hija y uno de sus conductores, para hacer unas compras en la zona céntrica de Cúcuta.

“Cuando terminamos, dejamos al conductor en la casa de él y después me dejó a mí. De ahí, él salió a continuar sus diligencias, de hecho, me dijo que lo acompañara, pero yo le dije que no podía”, afirmó uno de los hijos del hombre desaparecido.

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Al cabo de unos minutos, como era de rutina, una hija intentó contactarlo, enviándole mensajes de WhatsApp, pero estos no le llegaban, lo que fue extraño para ella, por lo que en seguida, lo llamó, pero no obtuvo respuesta. 

Inmediatamente, la incertidumbre la llevó a ver la ubicación del GPS de la camioneta, encontrando una ruta particular, que según sus familiares él no tomaría. A las 10:00 de la mañana, el vehículo marcó que estaba por el Anillo Vial Occidental, cerca a una trocha. 

Tiempo después, a la 1:30 del la tarde, la localización dio una nueva señal en la vereda La Garita, de Los Patios, indicando que el carro iba para Chinácota. Rápidamente, insistida de que algo extraño estaba sucediendo, la mujer tomó las riendas para ir tras el paradero de su papá.

Cuando llegó a Los Patios, le solicitó a los policías de la estación de Betanía que la acompañaran, contándoles además que, al parecer, habían hurtado el carro de su papá. Sin embargo, los uniformados hicieron caso omiso a la solicitud de la mujer. 

Luego, sobre las 3:00 de la tarde, el dispositivo de rastreo dio señal en la vereda Los Alamos, en Chinácota. La joven, siguiendo la ruta del GPS llegó hasta ese municipio, solicitando allí también el acompañamiento de las autoridades. 

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“Les pedí apoyo (policías), pero ellos me dijeron que eso le correspondía al Gaula Militar, por lo que entonces les dejé conocimiento del hecho y la ubicación, para que me comunicaran si se llegaban a enterar de algo más”, aseguró la joven.
 
Desde entonces, perdieron la señal de la camioneta, hasta las 8:30 de la noche cuando las autoridades informaron a la familia que en Saravena (Arauca), habían ubicado una camioneta similar, a la que horas antes llevaba Ulices Torres. 

Ese mismo día, después del calvario y la búsqueda incesante que tomó la familia por su cuenta, pusieron la denuncia, y desde entonces, aseguraron que el proceso ha sido lento.
 
Según ellos, hay evidencias que se han perdido y aunque les facilitaron algunos videos de las cámaras de seguridad, el proceso ha sido demorado, lo que les causa indignación. 

Además, cuatro meses después del hecho y pese a que de Saravena trajeron el vehículo a Cúcuta, las autoridades no lo han inspeccionado, afirmó su familia.
 
“Su desaparición es como si se fueran perdido un par de llaves, las autoridades van demasiado lento, el proceso judicial ha sido negligente. Es importante para mí y para otras víctimas que se exponga la frialdad con que el sistema judicial nos trata”, añadió la hija de Ulices Torres Meza.

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Se conoció que hace un mes, un hombre se habría comunicado, afirmando pertenecer al Ejército de Liberación Nacional (Eln) y aseguró que tenía en su poder al hombre, por lo que pedían unas condiciones, además de un tiempo para responder. Desde entonces, cuando la familia pidió pruebas de supervivencia, la persona no se volvió a contactar.

¿Qué se sabe?

De manera extraoficial se conoció que, al parecer, la camioneta que encontraron en Saravena (Arauca), en la que Ulices desapareció el 11 de julio, habría sido hurtada, presuntamente con el objetivo de hacer un atentado en ese municipio. 

Cuando encontraron el vehículo en Saravena, las autoridades vieron que la silla del conductor y el volante fueron incinerados. 

Desde entonces, no se sabe nada más acerca de la víctima, por lo que las autoridades continúan las pesquisas para establecer si algún grupo delincuencial estaría detrás de la desaparición o qué situación se habría registrado.

Las autoridades hacen un llamado para que quienes tengan información del hombre se contacten a la línea 167 o 147 del Gaula Militar. 

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