La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
La espada de Bolívar
Debieron pasar 198 años para que la espada que empuñó Simón Bolívar en el campo de batalla volviera a ser traída a la ‘Patricia y Valerosa Villa de San Antonio, primera en respirar la libertad’.
Viernes, 17 de Junio de 2011
Debieron pasar 198 años para que la espada que empuñó Simón Bolívar en el campo de batalla volviera a ser traída a la ‘Patricia y Valerosa Villa de San Antonio, primera en respirar la libertad’.

eduardo.bautista@laopinion.com.co

Debieron pasar 198 años para que la espada que empuñó Simón Bolívar en el campo de batalla volviera a ser traída a la ‘Patricia y Valerosa Villa de San Antonio, primera en respirar la libertad’.

Esa misma espada -con la que triunfó en el bajo y medio Magdalena colombiano y que luego de desenvainar en la Batalla de Cúcuta regaló en un gesto de agradecimiento a una dama de San Cristóbal- fue traída ayer a la frontera para que sea admirada por los herederos de su legado, hijos de la Nueva Granada.

La presencia de la espada de combate del Genio de América en San Antonio del Táchira, marca el inicio de las actividades conmemorativas del Bicentenario de la Independencia de Venezuela, que tiene su culmen el 5 de julio del 2011.

La Comisión Especial Bicentenaria, junto al Consejo Legislativo del Estado Táchira, Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Ministerio de Educación, Alcaldía de Bolívar, Ministerio para las Comunas, y el Ministerio de Cultura quisieron iniciar en San Antonio esa celebración.

El honor lo tuvo la localidad fronteriza por iniciarse allí la Campaña Admirable, con la que Simón Bolívar liberó el occidente de Venezuela integrado en ese entonces por Mérida, Barinas, Trujillo y Caracas, gesta con la con la que se llenó de gloria.

La Comisión del Bicentenario mediante el Consejo Legislativo del Táchira, hizo la solicitud a la ‘Colección Cipriano Castro’, en Caracas, de la emblemática pieza, que estuvo oculta durante muchos años en una colección privada.

La Revolución Bolivariana logra desempolvarla y sacarla para que recorra el escenario de 1813, cuando Simón Bolívar arriba triunfante a la frontera de Venezuela después de derrotar en Cúcuta al general español Ramón Correa. Ya en San Antonio, en una proclama muy hermosa la declara la Villa Redimida, la primera en respirar los aires de libertad y de independencia, según Pedro Alfonso Fressel Galaviz, que ayer fue el orador de orden durante el acto protocolario con motivo de la llegada de la espada.

Fue entregada por una comisión de la Asamblea legislativa integrada por el presidente de esa corporación Luis Mendoza y los diputados Jonathan García, Zoraida Parra y Luis Mora, al alcalde de San Antonio, Vicente Cañas, y los generales José Antonio Briceño Moreno, comandante de la Segunda División del Ejército; Rodolfo José Camacho Rincones, comandante de la 21 Brigada del Ejército, y el general Franklin Erasmo Márquez Jaimes, jefe del Comando Regional No. 1 de la Guardia Nacional, entre otras personalidades.   

La reliquia histórica venía dentro de una fina caja de cartón, envuelta en el Pabellón Nacional, para ser instalada en una urna de cristal, donde permanecerá exhibida en el salón de honor del Destacamento de Frontera No. 11 de la Guardia Nacional, que dada junto a la Aduana Principal de San Antonio.

Los habitantes de la frontera la pueden admirar en ese lugar, mediante visitas guiadas, entre las 8:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde, desde hoy hasta el 24 de junio, cuando sea llevada a San Cristóbal, capital del Táchira, siguiendo la ruta que hizo el Libertador durante la gesta independentista.

El historiador Pedro Fressel recordó que fue la villa de San Antonio el primer territorio venezolano donde Bolívar declara la libertad, para avanzar hacia  San Cristóbal, a donde llega el 16 de abril de 1813.

“Es allí donde se va a dar el acontecimiento más importante, porque Bolívar viene de combatir y se encuentra con un apoteósico recibimiento preparado por una tachirense, la heroína María del Carmen Ramírez de Briceño, que en San Cristóbal, en la Esquina de Filisco, lo recibe con arcos de flores naturales junto a todas las personalidades del lugar gritando vivas”.

La crónica dice que la hermosa mujer gritaba “Viva Brigadier Bolívar, viva el Ejército de Cartagena y la Unión, estáis destinado por la Divina Providencia  a cundir de Libertad por doquier que pases. Ya habéis anunciado la libertad a San Antonio y Capacho, hoy honráis a nuestra comarca de San Cristóbal”.

El guerrero atónito y sorprendido por aquella  emoción que embargaba los habitantes de la Villa, desde su cabalgadura  desenvainó la espada y dirigiéndola a la heroína expresó “es esta la espada redentora de la América Meridional, conservadla como tal”.

El edecán de Bolívar toma la espada y la lleva hasta la heroína quien la conservará por siempre.

Entre las propiedades de María del Carmen Ramírez se contaban suntuosas casas, hatos, fincas, todas puestas a disposición de la causa independentista.

En las cercanías a la villa de San Cristóbal, cerca a la selva de San Camilo se hallaba Hato Caimán, lugar que la heroína consideró el más apropiado para albergar la espada que aquel 16 de abril de 1813 el Libertador le obsequiaraLa pieza permaneció oculta en aquel hato, hasta que en 1886, el hacendado Celestino Castro Ruiz, adquirió la mencionada propiedad, la cual pasó posteriormente a manos de su hermano José Cipriano, que quedó maravillado por el hallazgo, citado en el inventario de adquisición del inmueble, conservándola a su lado como ícono, elemento de culto y respeto a la grandeza del Libertador.

Ya hecho presidente de Venezuela, el general Cipriano Castro, luego del triunfo de la Revolución Restauradora en octubre de 1899, la hace acompañar con otros objetos y documentos tanto del Libertador como de otros próceres. En 1908, a su partida para Europa por razones de salud, y ante el golpe de estado propinado Por su compadre Juan Vicente Gómez. El general Castro hizo embarcar su equipaje en el buque Guadalupe, en el cual se encontraba la espada del Libertador Simón Bolívar.

“La espada recorrerá junto al general Cipriano Castro puertos y bahías sin rumbo fijo, desterrado de uno y otro país, como hombre despatriado, hasta que Puerto Rico le admite y permite establecerse allí hasta su muerte el 5 de diciembre de 1924. En ese momento en medio de un agónico delirio acompañaban al general Castro dos tesoros incalculables de nuestra historia patria, una la Espada Redentora de la América Meridional, y la otra, la Bayeta de lana (ruana o poncho), que cubrió a Bolívar a su paso por los Andes”, según el historiador.

A la muerte del General Castro, su viuda, Doña Zolia, conservó todos esos objetos, en Santurce, Puerto Rico, hasta pasado un tiempo de la muerte del General Juan Vicente Gómez, cuando decidió retornarlos a Caracas.

Al fallecimiento de Doña Zolia de Castro, se conformó una colección familiar denominada ‘Colección Cipriano Castro’, que recoge un sinnúmero de materiales relacionados con la vida y obra del General, entre ellos la Espada del Libertador.

La connotación, aparte del sentido histórico, también nos trae la necesidad de la visualización que hoy se le tiene que dar a la espada de Bolívar, porque estamos acostumbrados a ver la hermosa espada del Perú, hecha en oro, diamantes, 1.663 brillantes y nueve rubís, pero esta es una espada sencilla, de acero, con empuñadura de plata que usaban los militares en la época, según Pedro Fressel.

Al estar la espada nuevamente en el Táchira, se nos está diciendo que Bolívar está combatiente, que la lucha no ha terminado, que continúa y que ahora es el momento de honrar su pensamiento y el ideario que es lograr en América la igualdad, sin exclusiones, camino marcado por la  Campaña Admirable que arrancó aquel 14 de mayo de 1813 desde San Antonio del Táchira, según el historiador Pedro Fressel, que es descendiente del general Cipriano Castro.

Temas del Día