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Memorias
Chela Jacobo y su espectáculo en 1945
Mercedes Chela Jacobo había nacido en Bogotá el 13 de noviembre de 1923 y su primer contacto con el arte fue a los 10 años.
Viernes, 15 de Diciembre de 2017

Ambientemos nuestro recorrido en la Cúcuta del 45; durante el mes de octubre nos visitaba una de las artistas de mayor reconocimiento en Hispanoamérica. En esa época, lo atractivo eran las compañías de variedades, las que venían acompañadas de un numeroso elenco de virtuosas estrellas de las más refinadas artes, quienes brindaban al público un espectáculo digno de las capitales más renombradas, tanto en América como en Europa.

En esta ocasión, se presentaría en la ciudad la Compañía de Variedades Danzas y Cantares de España y América, cuya principal atracción era la famosa diva Chela Jacobo. Completaban la constelación de estrellas, el galán del verso Juan Bautista Font, único peninsular de la empresa y otros artistas del canto y la danza pagana, como Alberto Zamora, un bailarín sin rival, Alba del Castillo, soprano lírica y artista exclusiva en los prestigiosos programas radiales de la emisora insignia del momento en la capital de la república, Radio Nueva Granada; Enrique Luque, tenor y guitarrista virtuoso y cerrando el grupo la pareja de bailarines titulares del Teatro Colón de Bogotá Chela y Alberto.

La compañía venía siendo representada por don Julio Laurín de grata recordación en los medios artísticos nacionales. Para sus presentaciones en la ciudad fue contratada por don Fernando Ramírez quien esperaba que su espectáculo gustara al público cucuteño. La breve temporada se dividió en dos ciclos, cada uno para públicos segmentados, el primero, en el Teatro Municipal y luego una presentación popular en el Guzmán Berti.

De gira por el territorio nacional, esta compañía colombiana, se había caracterizado por su difusión de las artes nacionales y los comentarios recibidos eran de lo mejor, razón por la cual se le auguraban los mayores éxitos. Después de una corta temporada se trasladarían a Ocaña, donde habían asegurado unas presentaciones antes de embarcarse para las ciudades de la costa atlántica, donde culminaría su gira nacional para emprender viaje a los países centroamericanos.

El nombre de la estrella y su origen era poco conocido en el país y por esa razón, siempre la catalogaron como una “artista hispanoamericana” aunque ello fuera aparentemente verdadero, lo cierto es que era colombiana, pero que como sucede en muchos casos, había triunfado en el exterior y era poco conocida en Colombia. 

Mercedes Chela Jacobo había nacido en Bogotá el 13 de noviembre de 1923 y su primer contacto con el arte fue a los 10 años, cuando cautivada por un grupo de jóvenes españolas que se presentaban en el teatro Colón de la capital, en un colorido espectáculo de danzas donde los pasodobles y zapateados, se decidió por ese estilo como su objetivo de vida. Durante los siguientes dos años trató de convencer a sus padres para que le dejaran tomar lecciones de baile, pero esa era opción inaceptable para las familias respetables de entonces. Sin embargo, su tesón y persistencia le permitieron aprender en compañía de maestros que la formaron a pesar de la reticencia de sus progenitores y a los 16 años su formación era tan exitosa que fue presentada en uno de los teatros de Buenos Aires, donde su interpretación de la danza folclórica española la llevó al estrellato al punto que fue contratada para una gira por Suramérica, donde obtuvo triunfos deslumbrantes en Perú, Chile y Colombia, particularmente por haber desarrollado un estilo propio de la clásica danza folclórica española. Simultáneamente con  esta actividad, se dedicó al aprendizaje del ballet con reputados maestros, el cual pronto fue incluido en sus actos, en una combinación novedosa que hacía las delicias de su público. 

A finales de la década de los cuarenta, conoció al empresario norteamericano Dwane C. Leschhorn, quien había vivido por algunos años en Colombia y se casaron. Se trasladaron a Estados Unidos y allí, por sugerencia de su esposo, se propuso compartir sus habilidades artísticas para lo cual aprovechó las oportunidades que le brindó el “Playhouse and Little Theater, Inc.” para mejorar su técnica y comunicar sus experiencias. Esta labor le permitió adicionalmente, matricularse en la “Royal Academy of Dancing” de Londres donde pudo finalmente perfeccionar su estilo. En 1955 la pareja se trasladó a condado Martin en EE.UU. donde inauguró su propio estudio con total éxito pues al cabo del primer año tenía más de cien estudiantes. Fue destacada por la revista Time debido a su brillante interpretación de las danzas folclóricas suramericanas.

Su primer recital público se presentó en el Club de la Mujer de Palm Beach, el 23 de mayo de 1958, con un reparto de treinta artistas que presentaron seis actos de gran factura y la actuación final de Chela Jacobo quien se presentó con un espectacular vestuario y un bastón antorcha que deslumbró al público. En su segundo recital anual, en el mismo recinto, presentó un programa infantil, con estudiantes de 3 a 12 años quienes mostraron las habilidades aprendidas en bailes típicos del folclor español, colombiano y mexicano, así como las danzas flamencas.

El éxito de su academia se basaba en asegurarles a sus estudiantes  que recibirían la mejor formación posible para desarrollar atributos, tales como autodisciplina, perseverancia, confianza, equilibrio y expresión ingeniosa.

En los años siguientes dedicó parte de sus esfuerzos a las actividades sociales en busca del bienestar de las poblaciones vulnerables de su región, siempre con presentaciones artísticas con las cuales recaudaban fondos para financiar las necesidades más urgentes. En 1977 la nostalgia hizo que regresara con su esposo a Colombia pero los cambios de ambiente y las diferencias que se habían producido en el país los hicieron regresar a Winter Heaven en la  Florida, donde se dedicó a lo suyo, la enseñanza de las danzas.

El 31 de marzo de 1984 murió su esposo, pero ella continuó con sus clases. En 1987 se trasladó a Orlando, donde abrió el “Chela Jacobo Flamenco Dancers”, un estudio dedicado a las danzas flamencas, lo que le permitió, en 2009, obtener el máximo galardón otorgado a las mujeres, en el estado de la Florida, el “Women of Distinction Award”, en la categoría de las Artes. 

Esta talentosa mujer que dejó su legado en el campo de las danzas, murió el 31 de agosto de 2011.

Gerardo Raynaud D.| gerard.raynaud@gmail.com

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