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2.000 km en moto, tren, coche y avión para ver al papa en Mozambique
Francisco cumple una gira que incluye ese país, Madagascar y Mauricio.
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AFP
AFP
Jueves, 5 de Septiembre de 2019

"Estoy tan excitado que soy incapaz de dormir". Davide Hilario recorrió casi 2.000 km en moto, tren, coche y avión para asistir el viernes a la misa del papa Francisco en Maputo. Fueron en total cuatro días de viaje.
   
"Es la primera vez que hago un viaje tan largo", declara este mozambiqueño de 31 años, vestido con una camisa de lino estampada con el retrato de Francisco.
   
Davide lo comenzó a preparar hace siete meses, después de la visita al Vaticano del presidente mozambiqueño Filipe Nyusi, quien a su regreso anunció el viaje.
   
El jefe de la Iglesia Católica llegó el miércoles a Maputo con motivo de una gira que lo llevará también a Madagascar y a Mauricio, tres de los países más pobres de la región.
   
Hilario fue elegido por su parroquia de Nuestra Señora de la Aparecida, en una región rural del oeste de Mozambique, para escuchar el mensaje papal y transmitirlo a su congregación.
   
"Tuve que prepararme espiritualmente para la oración. También hemos organizado cantos de bienvenida para el papa", cuenta.
   
Su peregrinación comenzó el sábado al alba. Fue en moto hasta la estación de trenes de Cuamba, a 300 km de Lichinga, la capital provincial de Niassa.
   
Tras 11 horas de tren llegó a la ciudad, donde lo recibió una familia católica que abre sus puertas a los peregrinos. 
   
“Lloré”
   
El martes, tomó un avión rumbo a Maputo. Su iglesia lo ayudó a comprar el billete pero aún así él tuvo que pagar el equivalente a 281 dólares.
   
Una suma importante para Davide, que trabaja como funcionario del departamento de enseñanza. Su esposa lo apoya en esta aventura siempre que se gaste lo estrictamente necesario.
   
"Cuando abrí el bolso y vi la camisa estampada con la cara de papa me eché a llorar", recuerda.
   
Este padre de tres hijos lleva en su pequeña maleta roja: unos pantalones, dos pares de zapatos y un rosario.
   
No es el único en compartir el fervor suscitado por la llegada del papa. Al igual que él, centenares de católicos mozambiqueños fueron elegidos para representar a su comunidad y muchas familias les han abierto las puertas de sus casas.
   
"Nos contamos nuestras experiencias, que son diferentes", afirma Rodrigues Baso, el anfitrión de Davide.
   
Para Davide el momento crucial será la misa del viernes, porque le han encomendado la misión de transmitir el mensaje del papa a su vuelta a la parroquia.
   
"El papa simboliza la paz. Aquí, en Mozambique, atravesamos un periodo realmente difícil y necesitamos al papa para consolidar la paz, traer esperanza y convencernos de que la paz durará", afirma. 

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