El movimiento ciudadano de los chalecos amarillos, opositor al presidente francés Emmanuel Macron protestó este sábado contra el alza de los precios de los combustibles, y congregó a unas 283 mil personas.

Sin embargo, la jornada se vio empañada por varios accidentes, uno de ellos mortal, cuando una manifestante fue arrollada cuando una conductora entró en pánico después de que manifestantes golpearan su coche.

En total, según el ministerio del Interior, hubo 227 heridos, seis graves, y al caer la noche, más de 200 retenes de manifestantes no habían sido levantados.

Las cifras oficiales fueron fuertemente contestadas. Guillaume Peltier, vicepresidente de Los Republicanos (de derecha), denunció una “manipulación de las cifras” para “minimizar el enorme enfado popular”. 

Los chalecos amarillos cuestionan el alza decidida por el gobierno que instauró nuevas tasas con fines ecológicos, pero también la política “injusta” del gobierno, que limitaría, según ellos, el poder adquisitivo.

Por su parte, Jean-Luc Mélenchon, líder de la izquierda, invitó a los participantes a publicar “fotos de las concentraciones para mostrar el número” de manifestantes.

“Estamos aquí, somos el pueblo. Nosotros, los obreros ya no podemos vivir”, dijo Evelyne Raliere Binet, quien bloqueó una carretera con una pancarta que decía: SOS de una nación en peligro.

En París, la avenida de los Campos Elíseos quedó parcialmente cerrada por la policía para evitar que los manifestantes pudiesen marchar por ella como pretendían. 

Los chalecos amarillos permanecieron en la plaza de la Concorde y algunos lograron llegar a escasos metros del Palacio del Elíseo, donde se vivieron tensos momentos con las fuerzas de seguridad.

El gobierno francés multiplicó en los últimos días tanto amenazas como gestos de simpatía. “Se puede manifestar”, pero bloquear un país “no es aceptable”, dijo el primer ministro, Edouard Philippe.

La semana anterior, el presidente Emmanuel Macron pronunció un inédito mea culpa, al admitir que no había conseguido “reconciliar al pueblo francés con sus dirigentes”, una de su promesas de la campaña.