El fuerte caudal del río Chiquito en la paralela Rafael Salas Heinz arrastró varios metros al coordinador de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres, Gustavo Adolfo Paba Navarro, cuando atendían una emergencia en compañía de otro socorrista de esa dependencia de la administración municipal de Ocaña.
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Mientras adelantaban un recorrido por la zona luego del torrencial aguacero caído en la región uno de los funcionarios observó a un perro en el afluente y decidió lanzarse para salvarlo.
Tras ingresar al riachuelo no pudo luchar contra la creciente. Frente a ese panorama, Gustavo Paba, intentó rescatarlo y ambos terminaron metros abajo.
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Con la ayuda de otros socorristas y la misma comunidad lograron salvar las vidas incluido el canino. Hace dos años en el mismo lugar de Betania fue arrastrado por las aguas Óscar Iván Sabbag Manzano de 24 años de edad al intentar rescatar a su mascota y el cadáver aún no ha sido recuperado.
El desafío, salvar a su compañero
Paba Navarro acostumbra a salir con el equipo de rescate para la atención de emergencias en los sitios más críticos de la geografía en Ocaña. Ellos arribaron al populoso sector de Betania donde los vecinos reportaron la afectación de una de las lozas del canal con la tubería expuesta lo que representa una amenaza para las viviendas cercanas.
Durante la maniobra observaron la manera como un perro batallaba en contra de la corriente y uno de los compañeros se tiró para cogerlo, pero fue arrastrado.
“Lo mínimo que podía hacer era lanzarme para salvarlo, pero la velocidad me ganó, solo alcancé a desviarlo hacia la orilla donde se agarró de unas ramas y aproveché una estructura metálica cercana para ponerme a salvo. Al final con la ayuda de la gente y las demás entidades salimos ilesos”, dijo.
Agregó que el caso no pasó a mayores y únicamente pasaron el susto ya que las aguas encajonadas corren a gran velocidad por el sector.
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“En ese instante no teníamos arnés y lazos para formar la cadena humana, solo estábamos haciendo inspección”, reiteró.
Se salvaron de milagro
Los moradores del sector manifestaron que se salvaron de milagro, ya que las crecientes de ese río han causado estragos entre los ribereños.
Aparte de dañar la estructura del canal, ha inundado algunas viviendas y personas han sido arrastradas por la corriente.
Recuerdan el caso de Sabbag Manzano quien se tiró a rescatar a la mascota y las aguas se lo llevaron. A pesar de la intensa búsqueda, los familiares aún no encuentran el cadáver para darle cristiana sepultura.
“La gente se confía, hace varios años un vendedor de confites estacionó el Renault 6 para escampar en la tienda de la esquina, bajó el aguacero y se cargó el vehículo. Entre todos logramos sacar el automotor atascado debajo del puente”, señaló Manuel Julián Arévalo.
“Tuvieron que tomar agua porque los vi pálidos en la maniobra de reanimación para que no se ahogaran”, reiteró el comerciante.
“Esta vez, gracias a Dios no ocurrió una tragedia con los socorristas, todos corrimos hacia el cauce y logramos sacarlos, también al perro”, indicó Fabián Villamizar un conductor informal que transitaba por la paralela.
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De todas maneras, los integrantes de la oficina de Gestión de Riesgos y Atención de Desastres deben tomar todas las precauciones durante la inspección a las zonas afectadas.
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