Una emergencia se registró en el corregimiento Capitán Largo de Ábrego y veredas de esa zona de la provincia de Ocaña, por cuenta de un aguacero que estuvo acompañado de vientos huracanados y granizo.
Los techos de zinc de las casas fueron levantados, se derrumbaron paredes y ranchos donde los campesinos criaban animales de corral. Además, los cultivos de cebolla cabezona roja y de frijol fueron destruidos.
Uno de los afectados fue Heider Avendaño, quien le solicitó el municipio gestionar ayudas prontamente con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y el Ministerio de Agricultura. La Alcaldía se comprometió a levantar un censo para identificar a los afectados y las pérdidas.
El director ejecutivo de la Asociación de Municipios de la Provincia de Ocaña, sur del Cesar y el Catatumbo, Emiro Cañizares Plata, lamentó la manera lenta como a nivel central se manejan esos asuntos que afectan a los campesinos.
“Infortunadamente la respuesta es con un mercado y los cultivadores necesitan ayuda real”, recalcó.
La situación que más preocupa son los créditos a través de la banca formal y se deben refinanciar. El Alcalde, Hubert Sánchez y su equipo de gobierno se reunieron con los líderes comunales para cuantificar las pérdidas.
Además, una comisión del Consejo de Gestión del Riesgo se trasladó a la zona para conocer de primera mano los efectos de la ola invernal.
Una vez hecho el registro de los daños se enviará a Gestión del Riesgo del departamento para que notifique a nivel nacional.
“Infortunadamente en el país no hay ayudas inmediatas y los afectados del aguacero deben esperar”, exclamó Cañizares Plata.
Cultivos destruidos
El aguacero con vientos huracanados y granizo afectó el renglón agropecuario en el corregimiento Capitán Largo.
Los labriegos perdieron aves de corral, los techos de las viviendas y cultivos de cebolla, maíz, plátano, fríjol, tabaco, pimentón y pepino, entre otros.
“La situación es muy difícil, acabamos de salir de un verano intenso y los labriegos cultivan en ciclos cortos para recuperarse y mire lo que sucede”, reiteró Cañizares Plata.
El fenómeno natural acompañado de granizo acabó con casi el 80 por ciento de los cultivos. Los agricultores en una hectárea de tomates invierten hasta $20 millones, $15 millones en pepino y pimentón.
“Lamentablemente en unos segundos se esfuman esos anhelos de recuperase. Se debe implementar inmediatamente el seguro de cosechas y refinanciar las deudas”, recalcó.
De acuerdo con Cañizares Plata lo ocurrido esta semana en Capitán Largo es una alerta para los organismos de socorro.
Durante la temporada de sequía se dejaron de cultivar cerca de 15.000 hectáreas. La mayoría se habían utilizado para plantar cultivos de ciclo corto y mitigar los efectos de un posible regreso del fenómeno La Niña (fuertes lluvias).
Los afectados esperan que les cumplan las promesas.
La Opinión
