Aunque este es un día para conmemorar las luchas que las mujeres de todo el mundo han mantenido, para reivindicar sus derechos, no se puede desconocer que aún hay quienes viven una cruda realidad que absorbe a infinidad de femeninas utilizadas como excusa para la explotación sexual y laboral, en este caso, para la provincia de Ocaña. 

Así lo reveló durante un encuentro desarrollado en la capital de la República, la directora de la Red de Mujeres del Catatumbo, Alba Luz Trigos Gómez, nominada en el año 2022 a los premios Cafam por la incansable defensa de las mujeres en toda la provincia. 

Trigos manifestó que esta no es una fecha para celebrar, sino para acabar con la violencia que se vive en esta zona de Norte de Santander, donde las mujeres no solo deben vivir en medio del conflicto armado, la crisis alimentaria, sino también, la instrumentalización sexual y laboral y la normalización de los feminicidios. 

La activista denunció el crecimiento exponencial de los abusos sexuales, especialmente hacia las mujeres campesinas y migrantes del vecino país de Venezuela.

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“El mal uso de la tecnología aumenta ese fenómeno donde la mujer es vista como un objeto erótico para satisfacer placeres y son sometidas a extenuantes jornadas laborales para conseguir el pan de cada día”, manifestó la lideresa quien ha instaurado las respectivas demandas para frenar ese flagelo entre niñas y adolescentes de la región. 
 

Trigos indicó que, ante la difícil situación económica que se vive en la provincia, desafortunadamente muchas mujeres proceden a vender su cuerpo para comprar los alimentos, factor aprovechado por los proxenetas para lucrarse y maltratarlas. 

La directora de la Red de Mujeres del Catatumbo señaló que al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses acuden frecuentemente en su mayoría mujeres jóvenes para la valoración de los especialistas y obtener el certificado de incapacidad, al ser agredidas por los compañeros sentimentales bajo los efectos de sustancias psicoactivas.

Mientras que en la Comisaría de Familia del Centro de Convivencia Ciudadana de Ocaña atienden a las parejas para la resolución de conflictos en los hogares, sin embargo, la lideresa precisó que el problema está latente.  

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“La trata de personas con fines de explotación sexual o bien laboral, se ha incrementado con los avances de las tecnologías donde las mujeres son ofrecidas a través de las redes para los distintos servicios, ocasionando millonarios ingresos a los promotores, mientras la sociedad se va desmoronando”, agregó la vocera de las mujeres.

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