Con inmensa alegría, fervor religioso y siguiendo los protocolos de bioseguridad, los habitantes de la región participan en las misas convencidos que la fe es la llave para superar los efectos de ese encierro obligatorio generado por el coronavirus.

Este domingo, la ceremonia en la catedral de Santa Ana fue presidida por el administrador apostólico y obispo encargado de la Diócesis de Ocaña, monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz, quien eleva las plegarias al redentor para que aleje la pandemia que azota a la humanidad.

El alto prelado estará confesando todos los días de la semana menos el martes de 10 de la mañana a doce del mediodía.

El presbítero Jairo López Ramírez asegura que se han impartido los lineamientos a seguir para evitar el contagio.

“Se han implementado los protocolos de bioseguridad antes, durante y después de las ceremonias. Las personas deben inscribirse previamente en la plataforma celebremos.org, portar los elementos mínimos como el tapabocas a la hora de dirigirse a los templos”, indica.

A la entrada miembros del comité diocesano de pastoral social adelantan la asepsia de manos y zapatos de los fieles. En el interior, sentarse en las bancas de acuerdo con las demarcaciones con la distancia estipulada.