Las estudiantes de décimo semestre de terapia ocupacional de la Universidad de Pamplona, Liseth Sierra Gélvez y Jenny Cetina Albarracín, concluyeron el proyecto de formación y participación de la mujer rural en actividades productivas.

En la investigación, que hicieron el año pasado en las 36 veredas de Pamplona, determinaron que las campesinas son sometidas, explotadas, estigmatizadas, manipuladas y subestimadas por sus compañeros, esposos o familiares.

Para tratar de mejorar las condiciones de vida y que ellas se sientan útiles ante la sociedad haciendo actividades que les faciliten desempeñarse en lo laboral, propusieron a las autoridades municipales incluirlas en programas de capacitación.

Indicaron que se establecieron alianzas estratégicas entre la Alcaldía de Pamplona, el Instituto Superior de Educación Rural (ISER), Corponor y el Instituto de Cultura, para adelantar los talleres sobre manipulación de alimentos y procesamiento de lácteos.

“La finalidad del proyecto es involucrar a la mujer rural en un rol productivo, es decir, que empiece a desempeñarse en una actividad diferente a la del hogar”, sostuvo.

Añadieron que en el ejercicio se estableció una marcada estructura patriarcal en donde el marido es quien decide si las mujeres ejecutan o no una actividad.

Las estudiantes que hacen este proyecto para poder graduarse, afirmaron que de las 70 mujeres focalizadas, solo 35 se capacitaron y están comprometidas en seguir con el proceso y sacar adelante sus iniciativas productivas.

Sobresalieron en las jornadas las representantes de las veredas Monteadentro y Chíchira.

Señaló que la investigación la adelantaron con la ayuda del secretario de Desarrollo, Nelson Villamizar, quien las acompañó en las visitas hechas en las veredas.