En la temporada de lluvias de Semana Santa se cayeron dos puentes en la vereda Llano Castro de Pamplona. Los campesinos cansados las dificultades para trasladarse habilitaron rudimentarias estructuras, exponiéndose a caer al agua.

El secretario de Desarrollo, Nelson Villamizar Gómez, se desplazó a la zona por solicitud del presidente de la junta de acción comunal, Reinaldo Carvajal. 

Allí vio como para poder pasar las personas pusieron tres tubos de hierro y en caso de que crezca la quebrada se los podría llevar.

“Con todo el peligro que representa están sacando productos y pasando niños, mujeres y ancianos”, afirmó.

Villamizar también indicó que el puente sobre el río La Plata en una creciente fue destruido, por lo que la comunidad improvisó un paso con tablas y guayas de acero. 

“Quedaron con dificultades para desplazarse de una vereda a otra. Son comunidades que siempre han estado abandonadas por el Gobierno Nacional”, dijo. 

El funcionario indicó que desde la Alcaldía se está solicitando ayuda a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y al departamento para que se puedan construir los pasos elevados.

Este sector hace parte de la inspección de Laureano Gómez, que está rodeado por las veredas Sabaguá, Chilagula, Santa Ana, Iscaligua, Caima, El Palchal y San Francisco.

En Llano Castro en la actualidad viven 28 familias de las cuales 14 de ellas, en el pasado hicieron parte del desaparecido sector La Ramada, que era la vereda número 36 de Pamplona.

En el Plan Básico de Ordenamiento Territorial (PBOT) no figura y fue absorbida por Llano Castro.

Las pocas personas que quedaron allí viven en viviendas que se encuentran en pésimas condiciones. 

No tienen energía eléctrica y tampoco cocinas reguladoras de humo, careciendo de saneamiento básico.

Allí, debido a las pocas oportunidades que las administraciones municipales han ofrecido, incluida la actual, el sector se fue quedando solo, porque años atrás era habitado por 72 familias.

Por ser una vereda apartada y de difícil acceso los moradores, con el paso del tiempo, se fueron desplazando al casco urbano.

La junta de acción comunal la conforman los habitantes de los dos sectores, quienes a pesar de la situación de pobreza en que viven siguen cultivando la tierra.

En Llano Castro no hay ingreso para vehículos. Los productos los tienen que sacar en animales, labor que se les dificulta en las temporadas de lluvias.

Para llegar de la vereda al ramal de Cucutilla hay que caminar más de tres horas, dependiendo de las condiciones climáticas.