Ya se completa casi un mes desde que el Congreso de la República comenzó a sesionar de manera virtual ante la crisis desatada por el coronavirus, pero el inconformismo se mantiene en algunos sectores, por la imposibilidad de adelantar un verdadero control político al Gobierno Nacional.
Aunque un grupo de congresistas de la oposición decidió, hace unos días, empezar a asistir al Capitolio Nacional, bajo estrictos protocolos de seguridad, en la Cámara de Representantes fue aprobada recientemente una proposición mediante la cual se les prohíbe a sus integrantes, con excepción de la mesa directiva, hacer presencia en el salón de sesiones de la corporación.
En vista de esta situación, representantes de varios partidos contrarios al Gobierno presentaron una acción de tutela, para exigir que se les permita, a quienes puedan, cumplir con sus funciones como legisladores, de manera presencial.
En el recurso de amparo, Katherine Miranda, León Freddy Muñoz e Inti Asprilla (de la Alianza Verde) y María José Pizarro y David Racero (de la Lista de los Decentes), argumentan que al impedirles ocupar sus curules se les está vulnerando el derecho a la participación política, el ejercicio y control del poder público y la libertad de expresión.
La representante Miranda insistió en que ante la nueva declaratoria de Emergencia que anunció el presidente Iván Duque, es indispensable que el Congreso sesione en su sede de trabajo.
La propuesta
Además de la tutela, los dirigentes de la oposición presentaron una propuesta mediante la cual sugieren que sí es posible avanzar con un Congreso semipresencial.
En ella plantean, por ejemplo, que no podrían asistir los mayores de 60 años, las embarazadas, los legisladores con problemas médicos, quienes no puedan desplazarse vía terrestre a Bogotá, ni aquellos que manifiesten síntomas de COVID-19.
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Las sesiones, entre tanto, se desarrollarían en cuatro salones del Congreso, “habilitados, desinfectados antes y después de las sesiones y cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad establecidos por el Gobierno”.
Los representantes plantean que en el Salón Elíptico estaría la mesa directiva y 13 voceros, uno por cada partido político. El resto de los congresistas permanecería en los cuatro salones adecuados.
La propuesta señala que los congresistas podrán ingresar al salón de plenarias únicamente cuando vayan a intervenir o a votar nominalmente, sin exceder el límite de 50 personas en el recinto.
“Quienes no puedan asistir, por las excepciones dadas, deben conectarse y participar virtualmente”, señalan los legisladores.
Conservadores también piden sesiones presenciales
Pero la oposición definitivamente no es la única que está exigiendo ya la presencia de los congresistas en el Capitolio Nacional. El Partido Conservador se sumó a las voces que piden reanudar el trabajo de Senado y Cámara de manera presencial.
Por medio de una carta dirigida a los presidentes de las mesas directivas, el jefe de la colectividad, Omar Yepes, insiste en que es urgente convocar a sesiones en el Congreso, con el fin de hacer control político a todas las medidas que ha adoptado el Gobierno en el marco de la emergencia económica y social.
Por lo pronto, lo único cierto es que los presidentes del Senado y la Cámara, en conjunto con la ministra del Interior, Alicia Arango, ya acordaron que el Congreso será citado a sesiones extras por el Gobierno Nacional desde el 17 de junio.
