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Política
Duque y el duro desgaste político de las objeciones
Los analistas consideran que el presidente debe superar ya ese debate.
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Colprensa
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Domingo, 2 de Junio de 2019

“Por fin pasamos esta etapa que le hizo más daño que bien al Gobierno”. Ese fue el comentario que corrió por los pasillos del Congreso de la República el miércoles pasado al caer la tarde, cuando se supo que las objeciones a la ley estatutaria de la JEP definitivamente se hundieron en la Corte Constitucional. 

Fue el colofón de una gran apuesta política y jurídica que hizo el presidente Iván Duque en este semestre y que por poco le complica, incluso, el futuro de la llamada hoja de ruta de su gobierno, el Plan Nacional de Desarrollo ‘Pacto por Colombia, pacto la equidad’. 

Las razones que llevaron al mandatario nacional a presentar sus objeciones, a principios de marzo, tuvieron mucho que ver con una postura de gobierno y de su partido, el Centro Democrático, pero ante todo con una convicción propia de que hubo errores en la aprobación del acuerdo de paz que permitió la desmovilización de las Farc. 

El miércoles pasado, Duque aseguró que más allá de una derrota, quedaba tranquilo porque le cumplió al país al defender la búsqueda de una paz, pero sin impunidad. Esa fue precisamente la bandera con la cual ganó la Presidencia de la República, en junio del año pasado, y rechazando algunos aspectos del acuerdo de La Habana intentaba empezar a cumplir con la palabra que empeñó en la campaña. 

“Hoy lo puedo decir con la frente en alto: la decisión que toma la Corte Constitucional la acato como colombiano y defensor de la legalidad, pero nunca dejaré de defender los principios que han motivado al pueblo colombiano para que tengamos una paz con justicia, una paz en la que todos creamos y así seguiré procediendo todos los días de mi vida”, sostuvo el jefe de Estado, unos minutos después de conocerse el fallo.

No le ha funcionado la estrategia

Pero más allá de jugarse una carta por cumplir a sus electores y estar en la línea de su jefe político, el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, Duque buscó consolidar su propia estrategia para gobernar de forma independiente, es decir, sin presionar a los partidos políticos.

No obstante, esa tarea no ha sido nada fácil y en medio del duro trámite de las objeciones en el Congreso, el mandatario tuvo necesariamente que buscar acercamientos y apoyos de sectores políticos como el liberalismo, Cambio Radical y hasta el Partido de la U, pero estos no fueron suficientes puesto que todos condicionaron su apoyo.

Para el analista John Mario González, este es un momento difícil para el mandatario, pues ha tenido una pérdida de popularidad mucho más rápida que cualquiera de sus antecesores y eso que apenas va a llegar a los 10 meses de gobierno. 

“Corre el riesgo de que se tenga la percepción de que es un hombre sin la capacidad para ejercer la Presidencia. Es decir, Duque está jugando con fuego, en la medida que está corriendo el riesgo de que la gente lo vea con indiferencia, ya no solamente como un presidente que comete errores, como cualquier mandatario, sino como una persona que está, no para gobernar al país sino que le tiene lealtad al expresidente Uribe y a un pequeño grupo de su círculo”, considera González.

El también analista Fernando Sanín coincide en que sí hubo un serio desgaste para el presidente con el debate de las objeciones, pero no cree que se le llegue a ver incapaz. “El presidente está en mora de pasar ya la página de las objeciones, porque le llevó a que perdiera la posibilidad de lograr acuerdos con partidos independientes y ahora eso se distancia cada vez más”, estima Sanín.

Entre tanto, Luis Estrada, también analista, tiene la idea de que al presidente Duque le ha faltado concretar estrategias como la última que lanzó, de buscar un gran acuerdo nacional para evitar la impunidad que, en criterio del Gobierno, deja abierta la JEP en el caso de los narcotraficantes. 

“Planteó el tema, se reunió con los partidos y siguió en lo mismo, en que nada se definió o quedó concreto”, dijo Estrada.

Hay quienes consideran que todo este desgaste que ha sufrido hasta ahora el presidente Iván Duque tendrá, igualmente, sus implicaciones en la jornada electoral que está encendiendo motores y que concluirá el 27 de octubre.

“Es muy factible que los resultados de las elecciones regionales no le sean muy favorables al uribismo y eso llevará a que los congresistas de su partido empiecen a pensar en buscar su reelección y no podrán hacerlo estando atados a los errores de Duque”, considera John Mario González.

Lo cierto es que ya el peor momento lo pasó el presidente y no con los mejores resultados. Ahora, muy seguramente, esperará a que en tres semanas terminen las sesiones del Congreso, para empezar a diseñar la nueva agenda legislativa que debería ser liderada por unos ministros más conocedores de los temas complejos y mucho más políticos que técnicos, a ver si así sus proyectos logran ver, al fin, la luz en el Legislativo.

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