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Política
‘Estas elecciones van a ser particularmente duras y de rapiña’
El director de la Fundación Paz y Reconciliación, hace su propia lectura del panorama electorarl que se avecina.
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Colprensa
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Sábado, 6 de Enero de 2018

Pese a que algunas encuestas empiezan a perfilar ya a los favoritos para ganar la carrera hacia la Presidencia de la República, tanto en la primera como en la segunda vuelta, el panorama electoral de cara a los comicios que se avecinan sigue siendo aún muy incierto.

Además de las incógnitas sobre quién se convertirá en el sucesor de Juan Manuel Santos, a partir del 7 de agosto, las expectativas se acrecientan por cuenta de lo que sucederá con la implementación del acuerdo de paz con las Farc y el desarrollo de las conversaciones con el Eln, si la derecha, la izquierda o los independientes llegan al Gobierno.

León Valencia, director de la Fundación Paz y reconciliación, habló sobre el panorama electoral y político del país para este año y sobre los retos que tendrá el próximo gobierno.

El analista político reconoció que quién gane la Presidencia de la República, sí va a influir necesariamente en el desarrollo del posconflicto y se atrevió a vaticinar cuáles podrían ser los distintos escenarios para Colombia, dependiendo del ganador.

Un estudio de Paz y Reconciliación advirtió que un alto porcentaje del próximo Congreso tendría vínculos con hechos delictivos, ¿cómo afecta esto a la democracia?

Es una afectación muy grande, porque no hay una autentica competitividad electoral; no hay una competencia abierta debido a que la mayoría de aspirantes provienen de clanes que tienen el control territorial en las regiones desde hace mucho tiempo. Y no son clanes cualquiera, se nutren de dineros ilegales, de tráfico de influencias, de clientelismo y de corrupción. Digamos que es casi imposible competirles porque tienen el 90% de las posibilidades de ganar las elecciones.

¿Cuáles son las consecuencias de tener un Congreso con este tipo de mayorías?

El problema es que esto viene ocurriendo desde hace 30 años de manera seguida y esto tiene  consecuencias graves porque a esta gente no le interesa legislar o el debate político. Ellos llegan al poder para tramitar servicios para sí mismos o para sus regiones. Entonces, todo esto termina como una especie de mascarada democrática que reconocen públicamente. 

Sería entonces un Congreso ilegítimo…

Los legisladores en Colombia son muy pocos, unos 10, y los que hacen control político otros 10, los demás  votan por sus intereses.

En ese sentido, ¿cómo ve usted el panorama electoral para este año?

Estas elecciones van a ser particularmente duras y de rapiña, porque hay una incertidumbre muy grande en la política nacional. Las encuestas son muy variables y por eso lo primero que hacen los políticos es asegurar las bases regionales, porque les sirven de sustento para sus candidaturas. Lo que ha hecho Germán Vargas Lleras es un esfuerzo por comprometer los clanes regionales en su campaña, porque sabe que así tiene un respaldo que se va a manifestar claramente después de las elecciones al Congreso.

¿Entre quiénes cree que va a estar la disputa por la Presidencia de la República?

Hoy está claro que va a haber segunda vuelta. En la primera, la disputa va a estar entre la fórmula Marta Lucía-Iván Duque, Humberto de la Calle y Sergio Fajardo. Pero definitivamente los que van a generar mayor debate político son De la Calle y quien quede representando a la coalición Uribe-Pastrana, porque uno representa el proyecto de paz de Santos y el otro la contradicción. Lo cierto es que a segunda vuelta no pasan dos de derecha ni dos de izquierda, y ninguno con más del 30% de la votación.

¿Cuál va a ser la diferencia entre la llegada a la Presidencia de un candidato de izquierda o uno de derecha?

Quien gane va a influir en la calidad del posconflicto colombiano, porque ya terminó la guerra con las Farc y está a punto de terminar con el Eln. Lo que está en discusión aquí es si el posconflicto tendrá altos niveles de violencia o no, y eso dependerá de quién gane. El posconflicto será de grandes cambios a nivel nacional, cambios agrarios y en lo político. En este último sentido, la derecha está inamovible, pero si gana alguien de izquierda, habrá un panorama de cambios políticos.

¿En qué otros aspectos se marcará la diferencia entre un gobierno y otro?

En lo relacionado con la reconciliación y la implementación de la Justicia Especial para la Paz y de la Comisión de la Verdad. Si gana una fuerza tranquila que apoye estas iniciativas, podemos avanzar en la reconciliación. Pero lo cierto es que si seguimos enfrascados en odios y venganzas, no podremos avanzar. De la actitud de quien gane sabremos cómo será la reconciliación.

¿Qué importancia tendrán las Farc, ahora como partido político?

Ellos tienen un reto enorme porque tienen que legitimar las 10 curules en el Congreso. Si no sacan una votación cercana o igual a la que necesitan, quedarán en una situación muy difícil de legitimidad para sus parlamentarios. Si obtienen menos de 400 mil votos, sus senadores van a tener menos valor, así tengan la credencial.

¿Y cómo analiza la campaña de FARC para empezar a conquistar electores?

Hoy me sorprende que ellos están tratado de adaptarse a la situación enviando mensajes más tranquilos y de reconciliación. Entregaron sus armas, se desmovilizaron, pero no saben hacer política. Derrotar a las maquinarias políticas tradicionales no es fácil y las Farc tienen una resistencia grande en la opinión pública.  

¿Esa resistencia tiene que ver en parte con las disidencias que quedaron y que se siguen viendo como el lado activo de las Farc?

Nosotros hicimos una investigación muy seria sobre el terreno para averiguar qué está pasando con las disidencias y no encontramos ninguna vinculación de estas con el partido político de las Farc. Nos parece más una utilización política decir que hacen parte de ellos. 

¿Cree que el Estado ha contribuido a que se haya generado esa sensación de ‘conejo’ entre los colombianos?

Lo que nos preocupa y sorprende es que no hay persecución del Estado sobre estas disidencias, porque no hay un plan para perseguirlas. A veces uno se pregunta si es que les interesa que crezcan y se consoliden, porque son perfectamente ubicables.

Frente  al proceso de paz con el Eln, ¿considera que está en peligro si llega a la Presidencia un candidato opositor?

No creo que el Eln quiera volver a la guerra. Una guerrilla tan vieja como esta sabe mucho de confrontación militar y por lo tanto son conscientes de que volver al conflicto armado sería para quedar como el único blanco de las Fuerzas Militares, porque ya las Farc no están en escena. Así que por el lado de ellos no creo que escojan esta opción.

Pero, ¿es posible que si la coalición del ‘No’ es la que llega a la Casa de Nariño, se terminen estas negociaciones?

Si quien llegue a gobernar decide suspender las negociaciones, los estaría condenando a la guerra porque nadie que haya durado tanto tiempo en la guerra va a aceptar dejar las armas para ir  a la cárcel.

 

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