Contrario a lo que ocurrió en 2014, cuando el Centro Democrático se estrenó en el escenario electoral con una lista cerrada al Senado en la que el solo nombre del expresidente Álvaro Uribe Vélez arrastró un considerable número de votos que les permitió quedarse con 20 escaños en esa corporación, para 2018 cada candidato deberá darse la pela por conquistar su propia curul.
Así lo determinaron las directivas del uribismo, luego de varias semanas de deliberaciones y análisis, en las que concluyeron que definitivamente el partido llevará una lista abierta para el Senado, la cual estará integrada por 52 candidatos y cuya cabeza volverá a ser el exmandatario de los colombianos.
Aunque la senadora y exprecandidata presidencial, María del Rosario Guerra, aseguró que esta era la tendencia a la que le apostaba la mayoría del partido, la decisión ha generado un amplio debate al interior de la colectividad, al punto que ya hay quienes empiezan a declinar sus aspiraciones para el próximo año.
Uno de ellos es el senador Alfredo Ramos, quien manifestó públicamente que no se presentará en una lista abierta para el Senado.
“Me es imposible, moralmente, enfrentarme a usted en una contienda electoral. Es usted el referente de mi carrera pública y no tengo la capacidad de pedirle a la ciudadanía votos por mi nombre, en contra de su persona”, le manifestó Ramos a Uribe.
Otro de los grandes defensores de la idea de una lista cerrada era el senador José Obdulio Gaviria, quien reconoció que su tesis fue derrotada y por esa razón el paso a seguir es salir a conquistar al electorado.
“Garantizo mi voto a Uribe y pediré el suyo para mí”, manifestó.
El exvicepresidente Francisco Santos, uno de los promotores de la lista abierta, manifestó que en adelante los senadores que buscan su reelección, así como los nuevos candidatos, tendrán que concentrarse en “cuidar su público y sus votos”.
En Norte de Santander todavía no se ha concretado entre Milla Romero y Basilio Villamizar, el elegido por Uribe para hacer parte de la lista nacional.
