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Economía
5.000 niños trabajan en el área metropolitana de Cúcuta
La cifra de niños que trabajan crece al sumar a quienes ejercen labores domésticas no remuneradas por 15 horas o más. Este es el panorama del fenómeno en Cúcuta.
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Leonardo Favio Oliveros Medina
Leonardo Favio Oliveros
Categoría nota
Jueves, 13 de Abril de 2023

De los 210.000 niños y adolescentes (de 5 a 17 años) que habitan en Cúcuta, Villa del Rosario, Los Patios y El Zulia, 5.000 ejercen algún empleo remunerado, por lo que la tasa de trabajo infantil en el área metropolitana se ubicó en 2,3%.

Estas cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), ponen a Cúcuta como la tercera ciudad, junto a Bucaramanga, con más trabajo infantil; antecedida por Popayán (2,7%) y Cali (2,4%).

El informe, que corresponde al último trimestre de 2022 y que es el período que el ente considera para su estudio cada año, reveló que si se suman los menores que ejercen trabajo doméstico no remunerado en su hogar por 15 horas o más la cantidad es de 15.000 (9,4%).


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Al compararse con el 2021, se refleja que mil infantes dejaron de trabajar, porque en octubre-noviembre la tasa fue de 2,6% (6.000 trabajadores). Hace 10 años, esa tasa era el triple de ahora, porque había 14.000 niños y adolescentes en esta condición.

Un dato relevante del estudio es que el 49% de los niños trabaja porque debe participar en la actividad económica de la familia, ayudar con los gastos de la casa y costearse el estudio.

Ramas en las que trabajan

Según el DANE, el sector agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca concentra más menores trabajadores en Colombia, al registrar 133.000.

En segundo lugar está el comercio y reparación de vehículos, con 78.000 trabajadores; seguido de las manufactureras, que contabiliza 49.000. Por último, alojamiento y servicios de comida, con 45.000.

El salario

La mayoría de los 369.000 niños y adolescentes que trabajaron en el último trimestre del año pasado, en todo el país, no recibieron remuneración (157.000 menores).


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Setenta y tres mil de ellos ganaron hasta un cuarto de salario mínimo, 69.000 entre un cuarto y medio salario mínimo y 70.000 de los menores devengaron más de medio salario mínimo.

Más allá de las cifras

Yilmar Filigrana fue el autor del solitario gol al minuto 36, tras ser asistido por el cucuteño Kevin Álvarez.   El partido de vuelta se disputará la primera semana de mayo en el estadio General Santander.

 

El sociólogo José Vicente Prada García, quien ha investigado el trabajo infantil en Norte de Santander, Colombia y Latinoamérica, indicó que este “fenómeno” económico y social se debe ver más allá de las estadísticas, las cuales siguen siendo preocupantes, porque hay muchos riesgos detrás, ya que los menores están expuestos a la explotación, al abuso y al maltrato.

“Ya se puede hacer una lectura durante un después y un antes del cierre de la frontera. La crisis migratoria, el cierre de frontera y el conflicto armado son contextos o momentos que permiten visibilizar más el fenómeno, no quiere decir que antes no haya existido, porque hay más ojos puestos aquí, más aliados frente al tema y más institucionalidad presente. Estos contextos agudizan los riesgos que tienen estos niños y niñas”.

Prada manifestó que sus investigaciones le han permitido corroborar que las necesidades económicas son sin duda las que los llevan a tener que trabajar, por lo que siempre se va a ver a una infancia en esta condición, para sustentar en algo los gastos de la familia, “sometiéndose a altos riesgos de explotación, de abuso, de maltrato permanente”.

 


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“Pero eso también hace que ellos, más allá de la necesidad, adquieran unas habilidades, herramientas que los hacen fuertes en su escenario, porque la realidad es que ellos nos pueden dejar de trabajar por esas necesidades económicas. La institucionalidad no alcanza a ser un ropaje para todos ellos”, añadió el experto. 

El sociólogo afirmó que estos niños y jóvenes buscan ser invisibles antes las autoridades, para que no les prohíban trabajar, debido a que “hay una mirada permanente y pueden terminar en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar”.

Finalmente, José Vicente Prada aclaró que no se le puede llamar trabajo a la explotación sexual que hacen los estudios webcam clandestinos con adolescentes reclutadas y atraídas por el dinero que les prometen dar. 

“En Norte de Santander están pululando estos sitios. Por eso la crítica que hemos venido haciendo es no tipificar es situación como trabajo, porque el trabajo es una labor que dignifica al ser humano, por lo tanto debe tipificarse como delito sexual”.

El investigador afirmó que falta mucho por hacer para combatir este fenómeno social y económico, principalmente en acciones para sensibilizar a la ciudadanía. Además, hay que empezar a categorizar qué es trabajo infantil, empleo, explotación, maltrato y qué es abuso.


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