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Mecánico creó su prótesis y ahora con su socio busca poner estas soluciones al alcance de todos
En Ocaña, el periodista Yordy Prado y Luvín Rincón impulsan un proyecto para beneficiar a la población en condición de discapacidad.
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Viernes, 23 de Julio de 2021

El encuentro casual del comunicador social y periodista Yordy Alejandro Prado Casadiego con el mecánico Luvín Albeiro Rincón Arévalo para la reparación de una motocicleta fue el punto de partida de un ambicioso proyecto en la fabricación de prótesis encaminadas a brindar soluciones prácticas a la población en condición de discapacidad.

El cliente de entrada se percató de la carencia de las falanges de la mano izquierda donde sobresalía  la habilidad para desarrollar los trabajos con una réplica bastante rústica y así cumplir con las obligaciones. 

La curiosidad lo llevó a invitarlo a una feria organizada por la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, en el año 2016, para que narrara la experiencia de suplir una falencia con retazos de las piezas desmontadas de los vehículos.

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Mostrar las prótesis fue la sensación y comenzaron a llover las ofertas para la elaboración de las soluciones tecnológicas en una región convulsionada por la violencia, donde la gente ha sufrido la amputación de las extremidades producto de los artefactos explosivos o accidentes de tránsito.

 

De manera empírica un mecánico de motos y un comunicador social desarrollan un plan piloto para la elaboración de prótesis a bajos costos. Cuentan con un taller en el barrio Cristo Rey para dar rienda suelta a la imaginación. / Foto: Cortesía

 

Nuestro emprendimiento se llama Soluciones Tecnológicas y Extremidades Mecánicas, se basa en dos aspectos: manos, piernas, brazos, exoesqueletos, todo tipo de prótesis digitales para suplir necesidades en aquellas personas que las hayan perdido a causa de la guerra, un accidente o nacido sin una extremidad. La otra iniciativa está relacionada con un cable para transportar los productos agrícolas a largas distancias. Es decir los campesinos ya no van a tener la obligación llevar a lomo de mula o la espalda las cargas de plátano o yuca, únicamente se  engancha y se desliza desde una base de las fincas hacia las carreteras”, agrega.

Soluciones tecnológicas a bajo costo para facilitar el traslado de los productos agrícolas en la zona del Catatumbo y el nororiente colombiano. Aparte se trabaja en la fabricación de máquinas que producen energía teniendo como base el movimiento, en otras palabras las utilizadas para gimnasios, con el fin de llevar energía a las apartadas zonas donde se carece de ese servicio pudiendo generar 5 horas de luz por una de ejercicios. Iluminar sus casas con el esfuerzo físico, recalca Prado.

La génesis 

El emprendimiento surgió en el año 2016 con el aporte del mecánico Lubín Albeiro Rincón Arévalo, un hijo de Cúcuta, al suplir la limitación en la mano izquierda fabricando una prótesis que a la postre se convirtió en el punto de partida de una gama de productos ofrecidos a la comunidad.

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Luego de la participación en diferentes eventos universitarios a nivel regional, nacional e incluso iberoamericano en España, el proyecto se ha venido consolidando con el apoyo de la Gestora social de Ocaña, Magda Pallares Torrado, a través de la Fundación Catatumbo con los aliados INNPULSA Colombia, El Tecnoparque SENA nodo Ocaña, la gobernación del Norte de Santander, Cemprendo y el programa ‘Mi Plante y P’alante’ con el firme propósito de mostrar los productos para despertar el interés general.  

“Estamos avanzando en los proyectos para hacer empresa, es algo distinto en la región, solucionar tantos inconvenientes, generar soluciones en una comarca que lleva más de 50 años en guerra, fabricar extremidades para caminar, a muy bajo costo, prótesis de pierna que valen más de cien millones de pesos, lo hacemos por solo un 20 por ciento de ese monto. Son prótesis prácticas, durables y se puede llevar para cualquier lugar, resistir al trabajo fuerte”, agrega Yordy Prado quien hace el seguimiento a las personas ayudando al acople y facilitando los repuestos. 

En la actualidad trabajan en la investigación Yordy Alejandro Prado Casadiego y  Luvín Albeiro Rincón Arévalo para generar el progreso, una mirada diferente y alivio a ese clamor de auxilio en la zona del Catatumbo.

Un genio empírico 

 

De manera empírica un mecánico de motos y un comunicador social desarrollan un plan piloto para la elaboración de prótesis a bajos costos. Cuentan con un taller en el barrio Cristo Rey para dar rienda suelta a la imaginación. / Foto: Cortesía

 

Luvín Albeiro Rincón Arévalo desde niño hacía la diferencia por su hiperactividad en la casa y los salones de clases. La falta de las falanges en la mano izquierda debido a una malformación congénita no fue obstáculo para desarrollar habilidades y destrezas en el campo de la mecánica.
 
Hoy día trabaja en su taller ubicado en el barrio Cristo Rey en un improvisado laboratorio donde se combina la fabricación de las prótesis y máquinas de generar energía con el arreglo de motocicletas. 
 
Menudo de estatura, padre de cuatro niños y con 40 años de edad, expresa su timidez para mostrar sus avances en la tecnología. “La discapacidad está en la mente”, exclama este genio empírico.

Cuando tenía 7 años de edad ya desarmaba los controles de los televisores para percatarse lo que traían por dentro. Vivía en el barrio Aeropuerto de la capital del departamento en donde jugaba con pólvora y fue sorprendido por sus padres. “Llevé el nitrato al solar de la casa y hacía explosiones. Decían que la guerrilla me iba a llevar y me calmé”, recalca.
 
Recuerdo que a los 8 años, todo lo que caía en mis manos, lo desarmaba y me imaginaba aparatos para entregarlos al servicio de la sociedad. En vez de juguetes, me llamaba la atención las herramientas. “En mi taller, no compramos las piezas, las hacemos y las ensamblamos”, recalcó.
 
Cierto día se le ocurrió incursionar en el mundo de las prótesis y fabricó una mano con guayas conectadas a través de un arnés a la espalda. “En la vida uno no puede quedarse estancado hay que innovar. Mi pasión es la mecánica, todos los días se aprende más, sin necesidad de ir a una universidad. Quisiera emprender una carrera aprender más sobre las matemáticas y la electrónica, pero me queda difícil ya que tengo un hogar y cuatro hijos que mantener”, recalca.
 
Todos los días abro mi taller porque siempre hay algo qué hacer, es cuestión de fe. Junto al equipo de trabajo vamos desarrollando ideas que se convierten en realidad.

“Yo no soy muy sociable que digamos, me encanta trabajar en silencio sin que la gente se entere de lo que hacemos para cumplir con el proyecto”, recalcó.

Luvín atravesó por una situación bastante complicada desde el punto de vista económico y moral y su compañero de investigación Yordy Casadiego fue el encargado de visibilizar todo y llamar la atención sobre el talento abandonado. Le tendió esa mano amiga dando a conocer los proyectos e impulsándolo a desarrollar otros encaminados a liderar procesos para formalizar una empresa, hoy en día bautizada como M&T Soluciones.
 
Actualmente buscan patrocinadores e inversores para capitalizar los proyectos y consolidar el sueño de exportar los productos al mundo y así mejorar la calidad de vida de las personas en condiciones de discapacidad.

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