El proyecto tuvo una inversión de $52 millones y garantiza que los 600 estudiantes consuman agua en óptimas condiciones de salubridad.

El sistema entregado al servicio está integrado por una planta de tratamiento con capacidad para 3.000 litros por hora del preciado líquido, que es captado de un reservorio cercano al Instituto.

Además, cuenta con dos tanques ajover con capacidad para almacenar 2.000 litros, y un sistema de desinfección adicional a base de ozono. En el área de preparación de alimentos del restaurante escolar se instaló otro punto de purificación con sistemade desinfección a base de luz ultravioleta.

“Con esta obra se cumplió con el compromiso de resolver el problema de salud pública que se venía presentando desde el año pasado, tras revelarse en unas pruebas del Instituto Departamental de Salud la existencia de residuos tóxicos en el agua para el consumo de los estudiantes", dijo Díaz Contreras.

Pero además de potabilizar el agua, se adicionó un plus para los alumnos; para que la consuman fría, gracias a los tres puntos de servicio refrigerados con capacidad de 150 litros cada uno.

El proyecto incluyó además de la adecuación del local donde está la planta, una estructura de concreto para soporte de tanques de almacenamiento e instalaciones hidráulicas y eléctricas.

Elí Cordero Rodríguez, ingeniero encargado de la obra explicó que el sistema de tratamiento funciona con un tanque de poliéster de fibra de vidrio de 60 centímetros por 110 de altura y que en su interior tiene un material filtrante que es grava, sílice y antracita, además cuenta con un sistema KDF (aluminio y cobre) que reduce los minerales pesados como plomo y hierro.