Un enigmático recorrido en pleno corazón de Chitagá y Toledo permite rememorar los caminos ancestrales indígenas de la comunidad u’wa.
En por lo menos 10 kilómetros de vía y tras caminar más de dos horas por la montaña, los nativos entran y salen de sus resguardos hacia la civilización manteniendo siempre su contacto con la naturaleza.
El camino, que va desde Puerto Uncacías hasta Segovia, en la región del Sarare, tiene más de un siglo de construcción y no había sido intervenido en los últimos 50 años.
El rústico trayecto empezó a ser mantenido el año pasado por los nativos y miembros de entidades amigas para mejorar las condiciones de accesiblidad a la zona al tiempo que se rescataba parte importante de su patrimonio ancestral.
El proyecto de recuperación de este sendero fue liderado por la Corporación Misión Social, de Cúcuta y patrocinado por Ecopetrol.
En total, se invirtieron más de $363 millones en la adecuación de los senderos tradicionales.
La Opinión