Aunque Daniel y Yordi, dos niños hijos de familias desplazadas que viven en el barrio Buenavista II (Villa del Rosario) podrían salir a pasear sin problemas al parque o a la sede comunal de su vecindario, hoy díficilmente pueden hacerlo. 

El problema es la inseguridad que hay en el sector, dice Ernesto Garnica, un damnificado de la ola invernal 2010-2011, que vive en el mismo sector.

Según Garnica, al comienzo todo fue bueno.

En Buenavista se construyeron 294 casas. La mayoría de ellas están habitadas desde hace 2 años, cuando el gobierno nacional hizo su primera etapa de viviendas gratis y las entregó. Pero con el tiempo empezaron los problemas. 

Las familias deben compartir casas de dos pisos y entrar y salir por el mismo sector; tienen techos compartidos, la tubería de aguas negras del segundo piso pasan por la cocina del primero y por esa razón las familias deben congeniar, lo que ha generado disputas. 

Según Martha Mora, quien tiene una fundación de artes empíricas, el mayor problema que se asoma en esta comunidad es la falta de convivencia. 

Mora señaló que precisamente por esa falta de entendimiento entre vecinos es que hoy se viven tiempos difíciles en Buenavista II. 

“Los vecinos viven agarrados hasta por los andenes, porque no se sabe quién puede usarlos, pero los que más nos preocupa es que esa falta de unidad ha generado que el barrio esté siendo víctima de robos. 

La casa comunal que fue construida para beneficio de la gente, recientemente fue atacada por vándalos que aprovecharon la falta de uso de las áreas comunes para consumir drogas y controlar el paso por el sector.

Según Vladimir Ortega, ingeniero residente de la constructora JR, la contratista ha debido acudir a las autoridades, para que controlen la inseguridad. 

“Se entregó un salón comunal con recursos de la constructora y a la fecha se le robaron dos baños , un lavaplatos, 3 puertas metálicas, 4 ventanas metálicas con vidrios e intentaron llevarse unos tanques de agua del salón comunal”, señaló. 

Los delincuentes aprovecharon que el salón comunal no se había entregado a la comunidad e incluso quemaron colchonetas y pintaron con grafitis las paredes, dejando sin salón comunal ni espacios comunes a la gente. 

Algunas pandillas de barrios vecinos ya hacen presencia en el sector, cosa que preocupa a los padres de los niños que viven en Buenavista II. 

La secretaria de Planeación, Aida Castaño, señaló que los inconvenientes sociales lamentablemente pueden provocarse porque el salón comunal y las áreas  comunes quedaron muy alejados de las casas. 

La alcaldía se comprometió a revisar el problema.