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En zona rural de El Zulia, niños campesinos piden más escuelas
Los estudiantes dicen que necesitan más escuelas y laboratorios para seguir capacitándose. Algunos quieren tecnificarse o ser profesionales para seguir fortaleciendo el campo. 
Lunes, 30 de Noviembre de 2015

Édgar Alejandro Montes Cetina, 10 años, estudiante de quinto de primaria, patea piedras y juega con las ramas de los árboles en el camino a su escuela. Es el menor de dos hermanos y su sueño es ser el primer bachiller de la familia.

Comenta que por el largo trayecto hasta la escuela le sobra tiempo para pensar en el estudio y en otras cosas; tímido, agacha la cabeza y dice que le gusta el fútbol.

Ayer, mientras saludaba al gobernador, Édgar Díaz, vestía de camisa blanca de gala, pantalón azul y corbata. Sus cejas parecen trasquiladas, es de ojos apagados y se caracteriza porque siempre mantiene la mirada al suelo. Ni siquiera levanta la frente para hablarle al mandatario. 

Cuenta que de lunes a viernes baja desde la vereda San Miguel (El Zulia) hasta la vereda La Angelita, a 55 minutos, para asistir a clases. Llega fatigado. Cuando tiene suerte, un vecino con carro,  le echa un aventón.

Como él, al menos 25 niños de primaria salen todas las mañanas a pie hasta La Angelita, una escuela integrada que se pretende sea metropolitana porque es la más grande en la zona rural de El Zulia, a la cual asisten 180 estudiantes.  

El Centro Educativo Rural La Angelita ha sido un tesoro para las familias de las veredas San Carlos, Edgar Martínez, La Macarena, La Pampa, El Salitre, San Miguel y La Chácara (El Zulia), porque es la institución más cercana. 

Blanca Lilia González, maestra y administradora, se lamenta porque hay niños que deben caminar más que Édgar Alejandro. “A otros les toca andar hasta dos horas”, señala.

Dice que Édgar Alejandro es un niño que vive con su tío y que sus dos hermanos también estudiaron en La Angelita, pero no pudieron ser bachilleres, porque solo hay hasta 9 de bachillerato. La escasez de escuelas cerca, restringe de educación a muchos niños del campo.

Señala que en esta escuela un promedio de 8 niños, por año, se quedan sin estudiar más allá del grado noveno.

“Desde 2005 hasta la fecha he visto cómo a más de 80 muchachos se les han frustrado sus sueños por no poder cursar décimo y undécimo”, dijo la maestra. “Alejandro es uno de mis niños, es un chico que tiene una historia de valientes y me enorgullece presentárselo”, dice al gobernador mientras se le quiebra la voz. 

Según Édgar Díaz, su presencia en La Angelita, ayer en la mañana, tiene como propósito entregar tres nuevas aulas y firmar una resolución para que la escuela pueda enseñar hasta grado undécimo.  

“Hicimos una importante obra en La Angelita donde entregamos aulas,  y digo que importante, porque los salones van a ser para estudiantes que pasen a grados décimo y undécimo”, señaló.

Humberto Vergel, estudiante de noveno, no cabía de la felicidad de poder terminar sus estudios en La Angelita, donde empezó sexto grado. 

“El año pasado me fui para el instituto agrícola Risaralda, pero me tocó retirarme, porque me quedaba muy duro por falta de transporte; pero este año empecé aquí en La Angelita, porque me dijeron que ahora van a enseñar en décimo y undécimo, y es una oportunidad”, contó. 

Los estudiantes dicen que necesitan más escuelas y laboratorios para seguir capacitándose. Algunos quieren tecnificarse o ser profesionales para seguir fortaleciendo el campo. 

Esto lo reconoció el gobernador, que habló de que según un censo sobre las necesidades del sector educativo, se necesitan 750 mil millones de pesos para la mejoría integral de la educación a nivel regional. 

*La Opinión

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