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Fallas de la erradicación son detonante para la guerra: George Quintero
El comandante de la Policía en Norte de Santander señala que los niveles de consumo de drogas en la región son preocupantes.
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Sábado, 9 de Junio de 2018

El comandante de la Policía Nacional en Norte de Santander, coronel George Quintero Medina, nació en Cúcuta. Se vinculó a la institución hace tres décadas. Hace dos años está en funciones en el departamento, con el ánimo más positivo en su gestión.

En diálogo con La Opinión, el oficial se refirió al panorama de esta región del país en materia de cultivos ilícitos, la implementación del acuerdo de paz y la migración de venezolanos, así como al trabajo de la Policía para hacerle frente a los diferentes problemas que aquejan a los nortesantandereanos.

¿Cómo estuvo el orden público en  Norte Santander en las recientes elecciones?

A pesar de la tensión generada por el paro armado de los grupos de narcotraficantes y  el enfrentamiento entre el Eln y Los Pelusos, el balance de orden público es positivo.  Algunas publicaciones en redes sociales que contenían amenazas no alcanzaron a generar perturbación. Todo pudo sortearse y se garantizó la tranquilidad. La Fuerza Pública estuvo pendiente de lo que le correspondía hacer y lo cierto es que no se presentaron hechos graves. 

¿En qué terminó lo de la quema de votos que se registró en Convención el 27 de  mayo, después del cierre de la jornada electoral?

En El Tarra aparecieron algunos grafitis alusivos a uno de los grupos armados y se registró la quema de votos de algún candidato en Convención, pero esto no pasó a mayores dado que se procedió en forma oportuna, gracias a la capacidad de la Policía y de las Fuerzas Militares, que contaban con 12.000 unidades disponibles para preservar la normalidad. 

¿En qué medida la desmovilización de las Farc ha representado un alivio para el departamento?

Norte Santander sufrió mucho por las acciones de esa guerrilla. Se perdieron muchas vidas no solamente de soldados y policías, sino también de otras personas con actividades productivas en la vida regional. Su desmovilización, sin duda, ha traído tranquilidad a algunos sectores de la comunidad regional.

¿Cómo ve el proceso de sustitución de cultivos ilícitos en esta región?

Tenemos en este momento 24.700 hectáreas de arbusto de coca en Norte Santander, el segundo departamento con más cultivos ilícitos en el país. La erradicación no ha tenido los resultados esperados y esto constituye un grave detonante para la guerra en la región. Se requieren programas tanto de erradicación como de sustitución de cultivos que garanticen una economía con ingresos adecuados para quienes trabajan en el campo.

¿Cuál es el diagnóstico que tiene la Policía sobre los grupos armados que están en Norte Santander y generan violencia?

El Eln registra el 25 por ciento de las acciones armadas en el departamento y está no solamente en el Catatumbo sino también en el sur de nuestro territorio, en límite con Arauca. Está también el grupo de Los Pelusos, disidente del Epl y narcotraficante, dedicado a buscar salidas para los productos que comercializa.

¿Qué tanta perturbación genera la migración de venezolanos en esta zona de frontera?

La migración de venezolanos, sin duda, genera problemas económicos y sociales. Muchos de los que llegan se dedican a actividades informales e ilegales, algunos se desplazan hasta el Catatumbo y se convierten en raspachines. Hay casos de prostitución y de delincuencia en una zona fronteriza porosa de 340 kilómetros sobre la cual ejerce presión el narcotráfico. Son situaciones que afectan el área metropolitana de Cúcuta. También Tibú, Pamplona, Ocaña, Chinácota y otros municipios del departamento.

¿Frente a los problemas que se generan por esta situación, cuáles son los planes de la Policía para contrarrestarlos?

La Policía tiene cobertura sobre todos los municipios del departamento para la aplicación de lo que es de su competencia. Tenemos proyectos productivos en Caño Indio, que es una zona de concentración de desmovilizados en las Farc; promovemos acciones preventivas contra las drogas; se dictan clases en los colegios; se ha puesto en marcha el sistema de seguridad rural y trabajamos con la comunidad en la solución de problemas cuando podemos ofrecer alguna cooperación.

¿Tienen programas para los desmovilizados de los grupos armados, a fin de contribuir con su reinserción a la actividad laboral?

En Caño Indio trabajamos en algunos planes.  Ayudamos también en la sustitución de cultivos, aunque este proceso está todavía lento. Y estamos listos para apoyar los programas que ayuden a los desmovilizados a asimilar su nuevo rumbo.

A propósito de Caño Indio, ¿cómo está la situación allá hoy?

Es una zona con sus propias características, con servicios limitados y ahora están allí desmovilizados del frente 33 de las Farc.  Hay un programa destinado a promover alguna actividad. Es necesario que se destinen recursos que fomenten la producción y le den una nueva dinámica a la comunidad, descuidada por mucho tiempo.

¿Cree que hay un manejo adecuado de las políticas para el posconflicto?

Los manejos han sido complicados en temas de salud, de vías, de educación y se requiere que los planes tengan mejores resultados a fin de que la gente sienta que mejoran sus condiciones de vida, como resultado de los acuerdos de paz.

¿Cómo ve el rol de la Policía en el desarrollo de los acuerdos de paz en el país?

La Policía, que ha padecido el conflicto, con víctimas y numerosas atrocidades, es la más interesada en la paz y está en el ánimo de participar en su consolidación. Se debe trabajar con el mejor ánimo en cuanto sea pertinente hacer.

¿Cómo ve a la Policía con respecto a la corrupción que afecta a tantas entidades oficiales?

La Policía es una de las empresas más grandes de Colombia. Son 180.000 las personas que hacen parte de la institución. Hay de todo. Unos servidores excelentes, otros que se desvían del camino. Cuando se han presentado faltas graves se ha procedido a investigar a los acusados y se ha llegado a la sanción a quienes sean responsables de faltas comprobadas.

¿Cree que Norte de Santander requiere un plan especial por parte de la Policía?

Tanto la Policía como las Fuerzas Armadas tienen planes que responden a las necesidades del país, en general, y de cada una de sus regiones, en particular. La Policía dispone de instalaciones adecuadas y tiene en marcha programas que garantizan la seguridad y la prestación de los servicios propios de la institución. En la parte social se trabaja tomando en cuenta necesidades que están debidamente identificadas.

¿Y en cuanto a programas de carácter social, qué se tiene?

La Policía Nacional, según su esencia, es comunitaria. El policía tiene un perfil muy diferente al del militar. Se asimila al ciudadano. Tiene mayor contacto con la comunidad por su función en la seguridad para todos los sectores de la población. Además de las tareas de vigilancia, se programan actividades culturales para informar y educar. Se proyectan películas, se hacen llamados de prevención contra el consumo de estupefacientes, o los embarazos prematuros, o el maltrato de personas. La protección a los niños es otra prioridad. Lo que se busca es ofrecer una positiva orientación a la comunidad.

¿Qué tan grave es el consumo de droga en la región?

Tiene niveles preocupantes y es propio en un departamento con una amplia extensión de cultivos ilícitos. Es un problema con acciones lentas para la solución que se requiere. Se necesita prevenir y poner en macha planes de un mayor impacto inmediato.

¿Cómo están las relaciones con los alcaldes de los diferentes municipios?

La Policía mantiene las mejores relaciones con las autoridades de la región. Nuestra presencia está en todos los municipios y permanecemos pendientes de la situación en cada uno de estos.

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