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La pandemia disminuyó un 60% la producción de cocaína
Cuando levanten las restricciones internacionales, los ‘narcos’ retomarán lo que han perdido.
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Domingo, 12 de Julio de 2020

La pandemia del coronavirus logró lo que las autoridades antidrogas no habían podido con sus hombres, armas y tecnología: disminuir la producción de base de coca y cocaína en el Catatumbo.

Una fuente de inteligencia nacional de la Policía Antinarcóticos le aseguró a La Opinión que la llegada de la COVID-19 a esta región, provocó que los dueños de los laboratorios tuvieran que bajar en 60% la producción del alcaloide.

“La producción sí se afectó pero no se quedó quieta. Con la pandemia, el Eln cerró varios pueblos del Catatumbo, evitando que la gente saliera o entrara para que no se propagara el coronavirus, mostrándose a favor de la comunidad, y eso evitó que los insumos químicos se movieran”, sostuvo la fuente que por seguridad pidió no revela su identidad. “Aunque eso ayudó a que la gente se dedicara más a los cultivos ilícitos. Esto nos indicaría que va a venir una muy buena producción de hoja de coca, que potencializará el tema de la cristalización de la base y la cocaína”.

Cabe recordar que en un reciente estudio que presentó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en el que se revelan cifras de cultivos ilícitos, en 2019 Norte de Santander había 41.749 hectáreas sembradas con hoja de coca, 24% más de las hectáreas identificadas en 2018, año en el que se registraron 33.629 hectáreas plantadas. 

El coronel Alexander Barajas, comandante de Antinarcóticos de la Región 5 de Policía, quien tiene a cargo Norte de Santander, coincidió en que el coronavirus ayudó a parar en cierta medida el narcotráfico en esta región, donde según cifras de expertos en el tema, en épocas normales en el Catatumbo se procesan 200 toneladas de cocaína, anualmente, dejándole abundantes ganancias a los carteles y grupos armados ilegales.

“La mayor afectación en la cadena de producción de coca en tiempos de pandemia se ha visto en los laboratorios, por la falta de movilización de insumos que utilizan. Hemos sabido que se ha ejercido un control estricto en la entrada y salida en ciertas poblaciones, para evitar que personas externas ingresen a contaminar”, señaló el oficial. 

El alto mando consideró que los afectados no son solo los narcos, sino también los grupos armados ilegales que viven de este negocio. “Como ellos se financian del narcotráfico, dejan de recibir las grandes cantidades de dinero a las que están acostumbrados”.

Daniel Rico, investigador en temas de economías ilegales y desarrollo rural, confirmó que efectivamente la pandemia ha sido la única que ha ayudado a frenar momentáneamente el narcotráfico, no solo en Norte de Santander, sino en todo el país.

“Lo que se ha podido ver es que el Eln ha llegado a muchas zonas a ordenar que nadie entra o sale, pero también hemos podido observar que ellos están financiando las marchas para evitar la erradicación que se está dando en esta época, le pagan a la gente para que salga a protestar, como sucede en Tumaco (Nariño). Es una dinámica general”, explicó el experto.

Y añadió: “el Eln está moviendo mucho dinero por ese tema de erradicación, pero además disfraza todo con el tema de bioseguridad en tiempos de pandemia. Pese a que es un periodo de observación muy corto de tres meses, se puede decir que hay muchas dificultades para la producción, además, como hay menos comercio, todo se complica”.

En la investigación que ha podido desarrollar, Rico asegura que los productores de base de coca y cocaína, tienen un almacenamiento grande, esperando la oportunidad para sacar todo hacia el mercado internacional, “no podemos hablar de que hay escasez, solo de que la producción bajó sustancialmente”. 

Otras circunstancias que ayudaron a la disminución

Para las autoridades también es claro que el control y la escases de gasolina en Venezuela ayudó a esa afectación en la producción, “por eso comenzaron a mover combustible colombiano; además, el robo del petróleo para procesar el pategrillo también aumentó, pues recuerde que este es un precursor que remplaza el hidrocarburo”, señaló la fuente.

Con las indagaciones que han hecho los analistas antidrogas de la Policía también se ha podido establecer que en el Catatumbo hay grandes centros de acopio para los precursores y “eso ayudó a que no se afectara totalmente la producción”. 

Un campesino cocalero del Catatumbo le sostuvo a La Opinión que a las situaciones antes descritas, se les suma la disputa entre grupos armados ilegales, como el Eln y Los Pelusos, que también los ha perjudicado en la producción, pues muchos labriegos han sido amenazados por venderle a una u otra organización.

“Acá lo que nos salva es que hay unos mexicanos comprándonos la producción. Como ellos tienen la plata y le pagan bien a esos grupos, les vendemos sin ningún problema y seguimos teniendo dinero para vivir tranquilamente en este tiempo de coronavirus”, manifestó el campesino.

Aumento en los precios

Las autoridades antidrogas también han podido conocer que ante el bajonazo de la producción, el precio de la base de coca y de cocaína, han subido entre 300 ó 500 mil pesos, dependiendo la zona y del grupo que la compre.

Además, “sabemos que esa baja en la producción ayudó a que la base de coca subiera de precio, los productores estaban felices porque el kilo de base de coca ha llegado a estar a 3 millones 100 mil pesos, cuando normalmente vale 2 millones 600 mil pesos, y todo porque deben cumplir con los pedidos que han hecho los narcos”, explicó un analista de antinarcóticos.

“Acá en el monte casi no se le gana, pues cuando hay cosecha le pagan a uno muy barato, pero ahora que hay escasez la hemos podido vender muy bien, pero eso sí, toca que la guerrilla no sé de cuenta, porque si no nos jode. Muchas veces la vendemos a escondidas”, contó el campesino dedicado a la siembra.

Sin embargo, el costo de la arroba de hoja de coca se mantiene en su precio normal, que según el labriego, está entre 8.000 y 12.000 pesos, dependiendo la clase de mata que sea, “acá en el Catatumbo solo se siembra la boliviana, la chipra y la pinocha, que dan unas hojas grandes y crece bastante”.

Aunque las cosas ya comenzaron a normalizarse en esta región de Norte de Santander y el movimiento de droga se está reactivando poco a poco.

Movimiento de droga

Aunque la producción disminuyó, los envíos siguieron dándose, pero también con algunos cambios.  “por la pandemia buscaron cambiar de modalidades de envíos, como se pudo ver con el decomiso de droga en dos ambulancias y una funeraria. Usaron estos vehículos porque con el tema del coronavirus todo el mundo le tiene miedo a ser infectado y los narcotraficantes pensaron que nadie los iba a descubrir, pero no fue así”.

Una de las principales rutas que las autoridades tienen identificadas es hacia la costa Caribe, “porque por allá están sacando grandes cantidades de droga en barcos de carga, pues a pesar de la parálisis de la pandemia el envío de productos colombianos se siguió dando bajo las medidas de bioseguridad, los carteles aprovechan, sin embargo, como ya se ha podido ver, internacionalmente han incautado algunos cargamentos”.

Pero para sacar la droga del Catatumbo, las autoridades saben que los narcos están usando camiones y tractomulas, aunque un informe de inteligencia señaló que, solo están sacando entre 80 y 100 kilos, los cuales son llevados a un punto de acopio con caletas, como se pudo ver que lo hacia el capo conocido como El Enano, almacenando droga en la Alta Guajira, y luego de ser reunida la cantidad que van a enviar al exterior, cargan los barcos.

“En cuanto tráfico internacional si hubo una afectación grande por la parálisis de los vuelos, por eso están introduciendo grandes cargamentos en barcos, aunque algunos han sido interceptados en alta mar por las autoridades europeas”, explicó la fuente antidrogas.

En todo este movimiento en tiempo de pandemia, las autoridades han conocido que hubo vuelos clandestinos de avionetas hacia Guatemala, Honduras y El Salvador, saliendo de territorio venezolano. “Eso también les significó que los costos de envío se aumentaron, por eso la droga tuvo un aumento en su precio, pues hay organizaciones muy consolidadas que logran transportar los cargamentos de cocaína y en estos momentos tienen costos muy altos”.

Gracias a todos esos ‘trucos’ que hoy están usando los narcotraficantes para abastecer el mercado de la cocaína en el exterior, es que los grupos armados ilegales reciben grandes cantidades de dinero cada dos o tres meses con la producción de cada cosecha que hay en el Catatumbo. 

“Por eso es evidente por qué se oponen tanto a los planes de erradicación que se vienen adelantando en varias zonas del departamento”, manifestó la fuente militar.

‘Narcos’ invisibles en Norte de Santander

Pese a que el negocio del narcotráfico ha sido visible durante muchos años, las autoridades estarían fallando en dedicarse solo a mirar los grupos armados ilegales como productores de base de coca y cocaína.

El analista de la Policía Antinarcóticos indicó que, “todas las autoridades deben entender que no hay una sola estructura que controla todo el negocio del narcotráfico, sino que hay redes que la comercialización de la cocaína, y es ahí donde fallan a la hora de hacer investigaciones”.

Para este experto, las autoridades se centraron en investigar grupos como Los Pelusos, Eln, disidencias o Rastrojos como grandes cabecillas del narcotráfico y no se dan cuenta de que eso no es así.

Los verdaderos capos, los pura casta, son los que integran los carteles como Los Boyacos, Los Pepes, Los Primos, Los Tatos, El Enano, Roca, El Negro, entre otros. Esos son los que se conocen como los ‘narcos invisibles’, ellos son los que saben todo el movimiento y hacen las alianzas con los carteles mexicanos, los grupos armados ilegales lo que hacen es prestar un servicio o pegarse a cada negocio”

Y precisamente estos carteles, bien sean locales, nacionales o internacionales tienen muchos negocios en el mundo y manejan a su antojo las rutas, “porque tienen demasiado dinero, por eso se creen intocables”.

“Las autoridades deben cambiar su estrategia de investigar y no centrarse solo en Los Pelusos, Eln, disidencias o Rastrojos, deben ampliar su espectro criminal. El negocio entre guerrilla o bandas criminales con estos narcos es muy sencillo, si ven que van a sacar un cargamento de una tonelada de cocaína, estos grupos ilegales lo que hacen es decir que los lleven pegados en 100 o 200 kilos y ya, ahí con eso les pagan la seguridad y demás cosas que necesiten en el Catatumbo”, indicó la fuente.

Lo que viene cuando levanten las restricciones

Con todo esto que se ha vivido durante el tiempo de pandemia con el narcotráfico, las autoridades ya comenzaron a analizar lo que se vendría una vez comiencen a levantarse las restricciones para el transporte nacional e internacional.

“El escenario postpandemia es la reactivación de los narcotraficantes, eso se da como lo hace cualquier empresa. Ellos solo necesitan imaginación para reactivar las rutas y retomar las salidas y llegadas, tener el control de los emisarios y el manejo de los pilotos extranjeros. Ellos empezarán a tener su despliegue en la comercialización. Aunque debe quedar claro que este negocio no ha parado, se movió a una marcha más lenta y se concentró en quienes tienen mayor capacidad”, es el análisis que hizo la fuente de nacional de antinarcóticos.

Entre lo que las autoridades antidrogas tienen estipulado es que apenas abran las rutas aéreas, los narcos van a querer inundar el mercado con cocaína, por eso desde ya, están preparándose para establecer más controles. 

“Además, también sabemos que estas organizaciones van a comenzar a mover mucho dinero que tienen represado. Cúcuta es una de las ciudades donde el lavado de activos es muy grande y ya hay varios investigadores trabajando en eso. La principal preocupación de esa plata es para el pago de la mercancía, por eso ahí es donde debemos tener la mirada muy bien puesta en ese flujo de capital”, puntualizó el analista.

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