La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Región
Por presunto maltrato, niños de zona rural de Gramalote no van a la escuela
Maestra de la vereda El Rosario niega cualquier acusación y dice que  lo que “hay es disciplina".
Image
La opinión
La Opinión
Lunes, 6 de Marzo de 2017

Las mesas y las sillas están en orden. En las ventanas, los materos y las flores hechas de materiales reciclados adornan el recinto apto para unos  24 estudiantes. 

En el tablero resalta una fase de Juan Crisóstomo (clérigo católico) que habla del ayuno. Todo parece estar listo para una nueva jornada escolar. Sin embargo, aquí los estudiantes —según cuentan los papás— han preferido caminar hacia otras veredas y no asistir a esta escuela. 

Solo dos niños, uno de primer grado y otro de cuarto van diariamente a recibir clases a la escuela de la vereda El Rosario, a unos 40 minutos a pie del casco urbano del viejo Gramalote. Son los únicos alumnos.

El año escolar 2017 se inició con seis matriculados.  “Al segundo día de haber iniciado labores, luego de terminar 2016 de manera excelente, porque para mí fue así, pues se realizaron muchos proyectos en favor del medioambiente con los niños y la comunidad, me dejaron con dos estudiantes y empezaron con una serie de rumores a los que estaba totalmente ajena”, argumentó sobre la situación, María Ligia Puerto Bautista, maestra desde hace 10 años.

Yamile Mendoza Corredor, madre de dos de los niños retirados de la escuela, tiene otra visión.

“Yo los tenía matriculados acá desde hace tres años; este año están matriculados acá”, explica. “Al  principio era muy bien, no había ningún problema, pero el año pasado comenzaron a llegar muchas quejas de la profesora hacia los niños en el sentido de que no se portaban bien, que eran irresponsables y que nunca llevaban las tareas y a mitad de año empezaron a llegar con chichones en la cabeza”.

Y agregó: “me decían lo que pasaba, pero, la verdad, no le tomé atención, porque ellos son niños y como ella es la profesora tiene que reprenderlos, pero ya después fue todos los días”.

En una carta dirigida al alcalde de Gramalote, Tarsicio Celis Rincón, la comunidad de la vereda le contó al mandatario la preocupación ante el retiro de los estudiantes “al parecer debido a su carácter rígido, situaciones que ya se habían puesto en conocimiento (…)” y solicitaron la posibilidad de “intercambiar el personal docente”.

La secretaría de Educación departamental también fue puesta al tanto de la situación. La comunidad le dirigió una carta y le dijo que corrían el riesgo de quedarse sin escuela, pues no habían matriculado niños debido al “carácter rígido y a un posible maltrato físico, verbal y sicológico hacia los niños”.

La maestra niega cualquier acusación del maltrato y asegura que en su escuela  lo que “hay es disciplina, pues para que se haya logrado resaltar lo que se ha hecho en esta vereda se necesita un piquito de disciplina y donde hay disciplina y orden hay progreso”.

El mandatario local dijo que ante el conocimiento del malestar de la comunidad dispuso de una sicóloga de la Comisaría de Familia del pueblo para que atendiera el caso, y el informe se remitió a mitad de febrero a la secretaría de Educación departamental que es la encargada de actuar ante la solicitud.

Sin embargo, los papás aseguran que lo que le dijeron los niños a la sicóloga dio argumentos para el cambio de maestra y el retorno de los estudiantes. 

“Cuentan los niños que cuando ellos no hacían bien las cosas, les tiraba los útiles escolares por la cabeza, les jalaba las orejas o les daba coscorrones”, aseguró  Sandra Mendoza, quien retiró a su hijo hace un año.

La comunidad también aseguró que ya en 2015 había expuesto el problema ante la secretaría de Educación departamental, pero esta no tramitó la solicitud de cambio.

“Hasta que no la cambien, yo no mando a los niños a clase”, aseguró Mendoza. 

“Estoy confundida con esto que está pasando. No tengo nada en contra de los alumnos ni de los papás. Están mal influenciados”, aseguró la maestra.

Y agregó: “si me tengo que ir, me  voy, pero no porque lo diga una Junta de Acción Comunal, sino porque quien tenga que hacer mi juicio así lo determine. Siempre estaré con mi frente en alto”.

Visita a la escuela

Este martes, funcionarios del área de inspección y vigilancia de la secretaría de Educación del departamento, irán a la escuela a realizar una visita para establecer qué está pasando.

Aseguraron que tuvieron conocimiento el 2 de marzo, pero se debe hacer visita para dar un veredicto final sobre la situación, pues los más afectados son los estudiantes.  

Mientras no haya un cambio, la comunidad dijo que no enviará a los niños a la escuela y prefirieron llevarlos a otras veredas que quedan a más de una hora de camino, pues los estudiantes también han manifestado su descontento con el trato de la maestra.

La comunidad dijo que espera que esta vez si sea escuchada y se tenga en cuenta el testimonio de los niños que han estudiado en esta escuela, pues no hay otra prueba más que esa.

“No tenemos fotos, pero creemos en nuestros hijos y en el cambio que han tenido cuando los hemos cambiado de escuela. Es asombroso que tengamos que llevar a los niños a otras veredas cuando tenemos la escuela a unos cuantos metros de nuestras casa”, aseguró Sandra Mendoza.

Temas del Día