La sobreproducción de hortalizas en la región andina, acelerada por la temporada de lluvias, tiene preocupados a los 1.000 cultivadores de Mutiscua por los bajos precios establecidos al momento de comercializar las verduras.
A esto se le suman los altos costos de los insumos, químicos, la mano de obra y los recursos que se tienen que invertir para cosechar en 90 días una tonelada sea de brocolí, lechuga u otros productos verdes.
Mutiscua es el municipio más productor de hortalizas en la Provincia de Pamplona y las cosechas son comercializadas en el mercado local y en Bucaramanga, principalmente.
De acuerdo con el cultivador de hortalizas de ese municipio, Néstor Yesid Álvarez Acevedo, no reciben el dinero que invierten al momento de vender a precios muy bajos como producto de la sobreoferta en los mercados de Cúcuta, Bucaramanga, Bogotá, Medellín y demás zonas del país, incluyendo la Costa Caribe.
Como ejemplo citó que una caja de lechuga de 12 unidades la pagan al cargarla al pie de la huerta, en $3.000, cuando anteriormente los precios oscilaban en $14.400.
El brocolí está entre $300 y $400 el kilo y muchos campesinos prefieren que se pierdan las cosechas a según ellos regalarlas por los bajos costos.
En un centro de abasto o supermercado de cadena la unidad tiene un costo aproximado a los $2.500; ganancias que se quedan entre los intermediarios y quienes las venden directamente al consumidor final.
Mutiscua es también el mayor productor de lechuga, brócoli, coliflor, perejil, apio españa, puerro, papa amarilla, remolacha, zanahoria y arracacha.
En dificultades
Otros de los aspectos que se mencionan es que para mantener productiva o asistida una huerta, se requiere del trabajo diario de tres personas a quienes al mes se les deben pagar $3,6 millones por servicios prestados.
También a todo esto se le suma las dificultades que tienen que afrontar para responder por los créditos bancarios, en donde mensualmente deben pagar entre los $500.000 hasta $1,0 millón.
De acuerdo con Álvarez Acevedo de seguir así la situación estarían abocados a la quiebra, porque no van a tener con que responder con tantos gastos que implica mantener los cultivos.
El resto de agricultores de hortalizas consultados manifestaron que están vendiendo lo producido a ‘precio de huevo’ y que no es justo cuando para levantar una huerta hay que invertir mucho dinero y horas de trabajo.