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Que el gobernador dialogue con todos: Alto Comisionado de la ONU
En su visita a Norte de Santander, Todd Howland instó a Villamizar a "crear un departamento incluyente".
Martes, 6 de Septiembre de 2016

“Hay necesidad de facilitar un nuevo ambiente de entendimiento por la paz, pese a las diferencias políticas”.

Con este mensaje se marchó Todd Howland, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos luego de su más reciente encuentro con líderes comunitarios y sociales de Catatumbo, el pueblo barí y el gobernador William Villamizar, a quien dejó la mencionada recomendación.

Según Howland, una de las claves para que Norte de Santander logre una paz más estable se dará con la creación de alianzas “con socios inesperados”.

“Aunque hay diferencias políticas con Cisca o Ascamcat, por ejemplo, todos quieren que el proceso de paz funcione bien”, dijo. “De ahí la importancia que el gobernador tome el liderazgo y pueda crear un departamento incluyente”.

Para Howland también es fundamental que se prioricen las inversiones, “y un buen gerente como el gobernador puede crear cambios, que aunque no sean tan grandes, son importantes porque la gente los siente”.

Insistió en que si bien comprende que el departamento afronta algunas complicaciones económicas por la reducción de los recursos de regalías, se deben reestructurar los modos de ejecutar las obras, para lo cual sugirió “creatividad”.

En este sentido explicó que, por ejemplo, las víctimas de la guerra podrían ser contratadas, a través de la Iglesia u otros organismos neutros.

“Pero deben dejar la politiquería de lado, y concentrarse en lograr impactos y resultados”, señaló. “Miren a la gente que vive en estas áreas, para quienes un salario mínimo en su realidad es mucho dinero”.

Aseveró que hay condiciones para llegar a cumplir estas metas, sin la excusa de que se tiene demasiada gente por atender.

“En Caño Indio hay solo 53 familias, es decir, 100 trabajos que van a transformar radicalmente la economía de esta zona”, comentó.

Otra propuesta del Comisionado, “aunque no es fácil, sería ver cómo se podría adquirir parte de la comida para las escuelas a los productores que sustituyen cultivos”.

Aunque para Howland es común escuchar que las quejas de los gobernantes se relacionan con el dinero, reiteró que incluso los recursos escasos pueden maximizarse.

“La única opción es hacer una pequeña redistribución”, dijo.

Así mismo pidió que se tome “en serio” la atención a las víctimas, en relación con la transformación económica que esperan los afectados por la guerra.

“Es importante la indemnización, pero lo es más la posibilidad de cambiar la vida de las personas”, afirmó.

Adicionalmente, expresó que puede haber buenas iniciativas, pero algunas terminan con obstáculos por falta de vías para sacar los productos, y sin la integración de las entidades para buscar soluciones, se reducen las posibilidades para la paz.

Algunas preocupaciones

Luego de los encuentros con las comunidades, Howland manifestó que las principales inquietudes de la gente se relacionan con la reconversión de la economía ilícita.

“Ellos dicen que suena muy bien el tema de la modificación del sector rural y el desarrollo del campo, pero hay gran inquietud por los tiempos en los que se cumplirán los planes y los proyectos anunciados”, comentó.

Expresó que la comunidad requiere de un proceso integral cuyos tiempos estén acordes con la realidad de Catatumbo, donde la coca sigue siendo la base de la economía campesina.

“Están preocupados porque el proceso de paz va a empezar pero no se ha iniciado la transformación del campo”, dijo Howland, quien también enfatizó en la urgencia de generar acercamientos entre los actores sociales y la fuerza pública.

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