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Región
¿Qué ha pasado con Caño Indio tras terminar su ciclo como ZVTN?
En esta vereda ubicada en la zona del Catatumbo (Norte de Santander) temen que tambalee la paz.
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Lucy Araque
Lucy Araque
Sábado, 18 de Noviembre de 2017

A mediados de febrero pasado, cerca de 350 integrantes del ahora desaparecido frente 33 de las Farc, que por décadas causó dolor y mucha zozobra, principalmente en la zona del Catatumbo, arribaron a la vereda Caño Indio, en Tibú.

Temerosos de dejar atrás una actividad que les representaba de alguna forma estabilidad, pero motivados a la vez por lo que pudiera significar para sus vidas la transición de la guerra a la paz, decenas de hombres y mujeres decidieron apostarle a la ruta de la reincorporación.

La histórica foto de Jimmy Guerrero, el excomandante del frente guerrillero, Willy, Reinel y otros mandos medios de la desmovilizada agrupación, liderando a sus tropas hacia la dejación de las armas, quedará para el recuerdo como una prueba de que lo imposible se logró.

No obstante, nueve meses después de esos primeros pasos, el camino se ha tornado espinoso y si bien la voluntad de seguir recorriendo la senda de la reintegración se mantiene viva, la incertidumbre empieza a transformarse en un fantasma.

Salidas que preocupan

Uno de los mayores temores que existen hoy en el ahora llamado Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Caño Indio, es el posible retiro de los desmovilizados que se congregaron allí para iniciar su retorno a la legalidad. 

La alerta fue hecha días atrás por el secretario de Víctimas del departamento, Luis Fernando Niño, quien aseguró que tras una visita hecha a la zona se pudo evidenciar que apenas un 30% de los hombres que se concentraron allí permanecen en el sitio.

La semana pasada se instaló la Carpa Azul, para dirimir conflictos.

Los demás están de manera intermitente y regresan con seguridad a fin de mes, cuando se hacen los giros correspondientes a la mesada del mínimo vital.

Aunque la explicación entregada por los exjefes guerrilleros es que muchos de los excombatientes están aprovechando este momento histórico para reencontrarse con sus familias, para Niño es preocupante la falta de control de las salidas que se están presentando, más aún cuando la amenaza de las disidencias empieza a ensombrecer el proceso de implementación del acuerdo de paz.

Yessica o Lucy, integrante del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común y vocera de las Farc en Caño Indio, reconoció que es un hecho la salida de un buen número de integrantes de la desaparecida guerrilla, del Espacio Territorial, pero lo justificó con el argumento de que, además de ir a ver a sus seres queridos, varios están en busca de oportunidades laborales.

“Es algo normal que los compañeros estén saliendo, porque esta zona tampoco se puede tomar como un encierro, sino que también muchos que tienen familias han querido salir para ir y reencontrarse con ellas”, dijo.

Para la excombatiente, la demora de los proyectos productivos que les prometieron como parte del proceso de reincorporación también ha hecho que varios de sus compañeros salgan a buscar la forma cómo emplearse, pues las necesidades económicas apremian.

“La falta de oportunidades y de no poder sacar adelante proyectos que generen estabilidad económica ha hecho que algunos tengan que salir a trabajar, pero eso no quiere decir que ya se salieron del partido y que son disidencias”, aseguró, al tiempo que insistió en que estas realidades obedecen a los incumplimientos del Gobierno frente a lo que se pactó en La Habana.

A pesar de lo complejo que resulta el panorama, Yessica le restó gravedad a lo que está ocurriendo, pues asegura que todos esos exguerrilleros que permanentemente salen, han regresado cuando son requeridos para cumplir procesos internos de la organización.  

El general Hugo López, comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano, encargada de la seguridad en Caño Indio, señaló que pese a dichas salidas, hasta el momento no hay evidencias de posibles disidencias que se estén conformando por parte  de los excombatientes que se agruparon en la zona veredal.

A la espera de los proyectos productivos

Yessica asegura que los días para los hombres y mujeres que permanecen en el Espacio Territorial, también transcurren a la espera de que el Gobierno empiece a aterrizar, por fin, los proyectos productivos que les prometieron. 

“Realmente lo que hemos estado buscando y en lo que estamos trabajando es en cómo sacar adelante proyectos productivos que verdaderamente garanticen esa reincorporación económica y social para todos los que estamos dando este paso en el proceso de paz”.

Dice que las iniciativas apenas están en estudio y que es necesario que se agilice su puesta en marcha por parte de las entidades encargadas, pues los exguerrilleros están acostumbrados a trabajar y necesitan cuanto antes empezar a producir.

“Nosotros podemos pensar en ganadería, piscicultura, lo que se dé ahí. Pero para poder sacar esos proyectos adelante necesitamos asesoría técnica, porque si bien nosotros sabemos cultivar, es necesario que haya un acompañamiento para que todo salga bien”, sostuvo, aunque planteó que la falta de tierras puede desembocar en otro inconveniente para la implementación de los procesos de reincorporación.

Por ahora, los exintegrantes del frente 33 experimentan con una tienda y un restaurante que están legalmente constituidos y que además de servirles de sustento, se ha convertido en el puente que los ha acercado con las comunidades aledañas.

Enfrentados a la realidad

El otro aspecto que los exguerrilleros admiten, los ha enfrentado con la realidad  de millones de colombianos, es la salud.

“Antes estábamos acostumbrados a que los problemas de salud se nos resolvieran de manera inmediata, porque era prioritario la salud cuando estábamos en las filas. Ahora nos ha tocado vivir como vive la mayoría de los colombianos y afrontar las dificultades del sistema de salud”, reconoce Yessica.

A estas dificultades se les siguen sumando los problemas de electrificación y agua potable, que hicieron parte de los asuntos que el Gobierno se comprometió en resolver cuando decidió que Caño Indio fuera zona veredal, pero que siguen sin resolverse.

Por eso, todavía tienen que depender de una planta de energía que funciona solo a determinadas horas del día y de algunos pozos de agua cuyas condiciones son precarias.

Educación y recreación

Curiosamente, las dificultades que afrontan los desmovilizados de las Farc concentrados en el Catatumbo les ha valido para sacar provecho de otras oportunidades a las cuales estuvieron privados, mientras se mantuvieron alzados en armas.

Es así como mientras arrancan los proyectos productivos y se resuelven aspectos fundamentales que hacen parte de la reincorporación, son varios los que han aprovechado para ponerse al día en el estudio y terminar su primaria y bachillerato.

Otros con habilidades para el deporte  participan de competencias que se desarrollan en el mismo Espacio Territorial y que les ha permitido, además, la integración con los habitantes de la zona.

Sin embargo, a un año ya de la firma del histórico acuerdo de paz con el Gobierno, los excombatientes esperan que lo prometido se materialice y que la transformación verdaderamente a la que le apostaron, llegue.

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