Deforestación en Bochalema, un conflicto por minería de barita en Hacarí, entre otras quejas relacionadas con el medio ambiente se escucharon este lunes en la asamblea corporativa de Corponor, a la que asistieron más de 30 alcaldes del departamento.

Para el caso de Bochalema, la alcaldesa María Inmaculada Parada relató que en los cerros de la vereda Nebraska “suenan las sierras y vemos cómo en la parte de Arboledas hay devastación”.

Aunque expresó que la situación ha sido informada a las autoridades, dijo que la policía no va al sitio a decomisar madera, situación que pone a la administración municipal en dificultades.

“Nos preocupa bastante, porque nos estamos quedando sin agua”, dijo la alcaldesa, quien recordó que el año anterior se anunció la compra de tres predios destinados a áreas estratégicas, “y unos señores se ilusionaron con que les iba a comprar Corponor, pero llegó diciembre y les dijeron que no, y la gente se puso furiosa con la alcaldesa”.

Ante esto, el director de Corponor, Gregorio Angarita, explicó que la iniciativa tendrá continuidad en el segundo semestre de este año y que el retraso se debe a condiciones de priorización.

En relación con las talas, reveló que ya estableció diálogo con el Coronel George Quintero, comandante del Departamento de Policía de Norte de Santander (Denor) y expresó que la deforestación también es una preocupación que será atendida por la entidad.

La minería

El alcalde de Hacarí, Milcíades Pinzón habló de la explotación de barita en la vereda Aposentos y dijo que pese a la denuncia “nadie nos ha parado bolas”.

Incluso dijo que fueron las organizaciones sociales de Hacarí (Cisca, Ascamcat y MCP) las que con las juntas de acción comunal prohibieron la explotación en la mina, pero de parte de las autoridades no se recibe apoyo.

“Necesitamos el apoyo de Corponor para conocer quién le dio la licencia a los señores que están explotando la mina, que está acabando con la vereda”, dijo, señalando que los socavones que se abrieron ponen en riesgo la estabilidad del terreno, y si hay temporada de lluvias fuerte, “la vereda se derrumba”.

También dijo que la mina está desatando problemas de orden público, pues “hace días un guerrillero se metió ahí e hirió a un soldado; no sé qué clase de ejército hay allá, pero el ejército y la policía tienen el deber de proteger los recursos naturales”.

Agregó que de los tres ríos de Hacarí: San Miguel, Borra y Tarra, “nada se habla; no hay un programa ni un proyecto para favorecer esas fuentes hídricas del Catatumbo”.

“Necesitamos que la denuncia quede en el plan para este año”, dijo. “Norte de Santander no es Pamplona, no es Cucutilla, no es El Zulia; son 40 municipios y hay que prestarles atención”.

El director de Corponor respondió que se revisarán los temas pendientes de la zona del Catatumbo, y aseveró que luego de la denuncia que hizo Pinzón en marzo de 2016 se hizo la visita al sitio, “ pero el ejercicio policivo no le corresponde a Corponor, sino a la primera autoridad del municipio”, y enfatizó en que la entidad está atenta a las denuncias y requerimientos de los 40 alcaldes.