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Un millón de árboles para el páramo Santurbán
Árbol de la esperanza y Moda para mi páramo son las iniciativas con las que se prevé dar inicio a la meta.
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Viernes, 10 de Agosto de 2018

Proyectos de moda, aportes desde 50 mil pesos, e ideas de reforestación son parte de las estrategias con las que la Alianza Biocuenca busca recuperar el páramo de Santurbán, con la unión de todos los interesados en cumplir este objetivo, y preservar el recurso hídrico.

Árbol de la esperanza y Moda para mi páramo son las iniciativas con las que se prevé dar inicio a la meta de sembrar un millón de árboles, mientras se apoya a los artesanos locales, inicialmente de Mutiscua.

Para el primer caso, la Organización La Esperanza dará la opción a sus usuarios de adquirir un bono memorial, “que se puede obsequiar, en homenaje a la vida de alguien”, explicó Ligia Chinchilla, gerente de innovación y desarrollo de la empresa. 

Con el bono, se sembrará un árbol en el páramo, en memoria de un ser querido, aunque también en cualquier otro momento significativo, empresarial, o de festejo, con el fin de que la celebración se haga donando un árbol.

Por su parte, Moda para mi páramo se enfoca en el apoyo a los artesanos, como Asomerced, asociación de mujeres campesinas de Mutiscua, dedicada a los tejidos en lana. 

Adriana Anteliz, vocera de la asociación, resaltó el trabajo que se inició recientemente con la Alianza pues se amplían sus posibilidades de abrir mercados con base en sus tradiciones.

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“Algunas de las socias y sus familias son parte de los procesos de conservación como guardabosques”, dijo, y resaltó el beneficio que tendrán 28 socias, y 15 familias artesanas que ahora participan en un proyecto con Procolombia, con miras a exportar sus productos.

Maribel Ochoa, propietaria de Oli Accesorios, participó en el proyecto como diseñadora, empresaria e instructora de “talentos escondidos” que la conmueven hasta el llanto.

“Además de ser muy inspirador, es por una causa muy importante que es conservar nuestro páramo”, expresó.

Con la idea de forjar moda ecológica, se elaboraron piezas únicas con mariposas, hormigas, colibríes, alisos, frailejones, entre otros elementos del páramo, con artesanos locales supervisados por Oli.

“La colección transmite la belleza que tenemos, porque cuando uno conoce el páramo se enamora, quiere mostrarlo, y eso fue lo que quisimos exhibir en las piezas”, dijo, esperanzada en que el proyecto tenga impacto internacional, y visiblemente conmovida por el trabajo social, “el paisaje divino”, y por “expresar por medio de una pieza todo lo que es el páramo”.

Andrea Yáñez, gerente de la Alianza, explicó que el proceso que se presentó ayer, es la prueba de que “las contrapartidas no necesariamente tienen que ser recursos, pueden ser voluntades”, y conminó a la comunidad a reconocer el páramo, valorar la riqueza local, y aportar lo suficiente, para poder exigir.

“No es que yo sea enemiga de la marcha; todos debemos marchar, y más con un tema como el páramo, pero necesitamos hacer algo inicial para poder marchar”, declaró, y señaló que este tipo de propuestas deben expandirse a las demás zonas de influencia del páramo, en especial hacia Santander.

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