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Salud
Esclerosis múltiple, una enfermedad que afecta a más de 1 millón de personas
El pronóstico de la enfermedad ha cambiado drásticamente en las últimas dos decadas gracias al desarrollo de nuevos medicamentos.
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Martes, 30 de Mayo de 2023

En el marco del día mundial de la Esclerosis Múltiple (EM) celebrado el 30 de mayo, la Fundación Santa Fe de Bogotá quiere resaltar la importancia de esta enfermedad ya que se estima que afecta a más de 1 millón de personas a nivel mundial y su prevalencia viene aumentando.

Esta enfermedad genera una inflamación a nivel cerebral y de la médula espinal que es causada por múltiples factores inmunológicos, ambientales y genéticos. Se trata de una afectación del sistema inmune del cuerpo que se encuentra alterado o “confundido”. Debido a esto, las células de las defensas atacan la mielina, que es una sustancia que recubre y protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal (de ahí su nombre de enfermedad desmielinizante). La mielina es fundamental para la transmisión de información en forma de impulsos eléctricos entre el cerebro y las diferentes partes del cuerpo.


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Frente a los factores de riesgo, la EM es una enfermedad compleja y su desarrollo puede estar influenciado por múltiples causas. Si bien no existe un factor de riesgo que pueda predecir completamente su desarrollo, se han identificado los siguientes:

 

  1. Factores familiares y genéticos: el riesgo de desarrollar la EM es mayor en personas que tengan familiares de primer grado con la enfermedad.
  2. Edad: la EM se manifiesta más frecuentemente en adultos jóvenes entre los 20 y los 30 años, aunque nuevos estudios han demostrado que puede desarrollarse en personas mayores e incluso niños entre 8 y 12 años.
  3. Sexo:  las mujeres tienen de 2 a 3 veces mayor probabilidad que los hombres de desarrollar la enfermedad.
  4. Tabaquismo: el tabaquismo está relacionado con aumento del riesgo de desarrollar EM. Así mismo, estudios han demostrado que los pacientes con EM que fuman tabaco tienen a largo plazo peores desenlaces y una mayor tasa de atrofia cerebral comparado con los pacientes que no fuman.
  5. Niveles de vitamina D: diferentes estudios han mostrado una asociación entre la EM, la baja exposición solar y los niveles bajos de vitamina D. Así mismo, se ha demostrado que la vitamina D puede tener un efecto antiinflamatorio en pacientes con EM, por lo que en muchos escenarios se benefician de una suplementación de esta vitamina bajo indicaciones médicas específicas.
  6. Dieta y obesidad en la adolescencia: se ha encontrado una relación entre el desarrollo de EM y la obesidad, especialmente durante la infancia y la adolescencia.
  7. Antecedentes infecciosos: Se ha encontrado una asociación entre el desarrollo de EM y la exposición a determinados agentes infecciosos que pueden desencadenar una respuesta inmune anormal. La atención se ha concentrado sobre todo en el virus de Epstein-Barr (EBV). El EBV es una infección que se transmite por la saliva y que coloquialmente se conoce como “la enfermedad del beso".

 


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Los síntomas más comunes de la EM son los siguientes. Si tiene o ha tenido alguno de estos síntomas por un periodo mayor a 24 horas es recomendable que consulte a un especialista en neurología:

 

  • Debilidad o pérdida de fuerza en una o más extremidades, que generalmente compromete un lado del cuerpo a la vez.
  • Dolor ocular y pérdida de la visión parcial o completa en uno o ambos ojos. El dolor ocular suele empeorar con los movimientos de los ojos. También puede haber una alteración de la visión de los colores.
  • Visión doble.
  • Pérdida de sensibilidad al tacto o a la temperatura en alguna región del cuerpo que puede incluir la cara, las extremidades o el tronco.
  • Sensación persistente de hormigueo en alguna extremidad o dolor que se describe como la sensación de un corrientazo o quemadura
  • Sensación de corrientazo con ciertos movimientos del cuello. Especialmente al inclinarlo hacia adelante.
  • Vértigo, marcha inestable o incapacidad para caminar.
  • Alteraciones en el control de esfínteres y disfunción sexual.
  • Fatiga o cansancio que no es explicado por otra causa o enfermedad.
  • Síntomas que empeoran con el calor: Algunos pacientes pueden experimentar la aparición o empeoramiento de los síntomas ya descritos al exponerse a fuentes de calor. Algunos ejemplos son las duchas calientes o durante actividad física extenuante.

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