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Carolina Soto y su misión de vida
La presentadora habló de la pérdida de su hermana y su nueva ilusión.
Sábado, 30 de Julio de 2016

El 18 de julio de 2015, Sofía El Khoury, hermana de Carolina Soto, presentadora de entretenimiento del canal RCN, jugaba en la piscina del hotel Hilton Dalaman Resort en Turquía, cuando su cabello fue succionado por uno de los ductos. La niña de 10 años luchó por salir pero no tuvo éxito, y al cabo de varios minutos la sacaron cortándole el pelo con unas tijeras.

Pero era demasiado tarde. “Estuvo conectada durante cuatro días –recordó Carolina– y al final nos aseguraron que no había nada qué hacer, que Sofia no se iba a recuperar. Fue ahí cuando nos dieron la opción de donar sus órganos”. Ella y su familia dijeron “sí” a la donación. Después de estudios de compatibilidad, cuatro niños israelíes recuperaron las esperanzas de vivir. Uno se quedó con el corazón de Sofía y sus pulmones, otro con su hígado y los otros dos con un riñón cada uno.

A partir de ese momento, Carolina Soto convirtió el dolor por la pérdida de su hermanita en una forma de luchar para que en Colombia se hablara más del tema de la donación de órganos y aumentara el número de donantes.

Una decisión trascendental

Cuando les propusieron la donación de sus órganos, ¿qué fue lo primero que pensaron?

El esposo de mi mamá fue quien salió a darnos la noticia, porque por cuestiones de idioma era el que se comunicaba con los médicos. Nos dijo que ya no había nada qué hacer, la opción era dejar que Sofi se fuera muriendo poco a poco en unos días o donar sus órganos. Fue muy difícil el momento, pero como estábamos en un lugar donde había tantos niños en situaciones complicadas, mi mamá dijo: ‘Donemos los órganos. Sofi no tuvo la oportunidad de quedarse acá, pero seguramente va a poder a ayudar a otros niños y a otras familias que están aquí’.  Entonces, esa fue la respuesta.

¿Y usted estuvo de acuerdo?

La verdad nunca había pensado en el tema. Sin embargo me pareció lo correcto porque en ese momento tan difícil, sentir que vas a ayudar a otra persona, te ayuda a aceptar mejor las cosas (aunque mucha gente no lo crea). Nosotros decíamos que Sofi hizo lo que ella quería, que era ayudar a otros niños, y precisamente eso ayuda a asimilar un poquito más la situación.

¿Conocieron a los niños que recibieron los órganos?

No, no los hemos conocido, pero sí tenemos sus contactos. Son cuatro niños de diferentes edades. Ese es uno de los proyectos que tenemos: viajar a Israel para verlos, pero estamos esperando el momento indicado pues no ha pasado mucho tiempo y para mi mamá es muy difícil el tema.

¿Considera que el duelo fue un poco más fácil ante la decisión de donar los órganos de Sofía?

Creo que sí. Nunca vamos a olvidar ese momento y todo lo que hemos vivido. No hay un día que no nos acordemos de Sofía. Ha sido muy difícil, pero realmente siento que es una lección para entender que todos venimos a este mundo con una misión y que la misión que escogió ella era esa.

¿Cuáles son las dificultades al hablar de donación de órganos en Colombia?

Aquí subsisten muchos mitos. Por un lado se habla de tráfico de órganos y por el otro, la gente no tiene como opción de vida donar sus órganos. También muchas personas nos han preguntado por qué no donamos los órganos de Sofía a niños colombianos. Y es que el tema de la donación de órganos no es así de fácil. No es que uno pueda llevar los órganos de un lado a otro o que no importa cuánto tiempo puedan estar afuera. No, todo debe ser supercontrolado. Entiendo que los colombianos están un poco desinformados, creo que no saben mucho del tema y por eso no lo han aceptado.

¿Y qué está haciendo para cambiar esa visión?

Formo parte de una campaña muy bonita con la Clínica Oftalmológica de Cali. Uno de los órganos que menos se dona son las córneas. Si uno dona sus córneas, puede lograr que una persona ciega vuelva a ver. Estoy trabajando también con Yo salvé 55 vidas, una campaña a través de la cual le contamos a la gente que una sola persona puede salvar 55 vidas, porque tenemos 55 órganos que podríamos donar. Así mismo, mi trabajo con la fundación Proyecto Unión, aunque no tiene nada que ver con la donación de órganos, sí es otra forma de guardarle el luto a toda esta situación al estar con niños, compartir con ellos y darnos cuenta de que muchas veces tenemos todo y no nos damos cuenta de que al abrir la puerta de la casa pasan mil cosas y hay miles de situaciones de las que somos ajenos.

Un año después de la muerte de Sofía, se acabó de enterar de su embarazo…

Ha sido una alegría inmensa para mí y para toda mi familia, pero sobre todo para mi mamá. La verdad, es como una nueva ilusión. Desde hace un año lo estaba buscando y pienso que Dios tomó la decisión de que fuera en este momento. Cuando a uno se le ha ido alguien, más un niño, uno siente que tiene a ese angelito al lado. Entonces, esto se ha convertido en que el angelito que viene dentro de mí fue enviado por Sofía. Es una buena noticia en medio de un año difícil.

Está felizmente casada, con una carrera prometedora, va a ser mamá y vivió una experiencia que cambió su vida ¿Cómo definiría actualmente su misión de vida?

Creo que vine a ayudar a los demás. De pronto estaba equivocada y pensaba que ser presentadora y andar en el mundo del entretenimiento era mi sueño simplemente porque era lo que quería hacer. Hoy no lo veo así, siento que debo aprovechar mi trabajo en los medios para difundir temas que pueden ayudarles a las personas y a la sociedad.

¿Va a donar sus órganos?

“¡Claro que sí! Eso ya es un hecho. De mí, que no dejen nada, que lo usen todo”.

Bucaramanga | Colprensa

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