Autoridades venezolanas detuvieron a dos escoltas del líder opositor Juan Guaidó acusados de intentar vender fusiles de la Fuerza Armada que habían sido robados meses atrás para una fallida rebelión militar contra el presidente Nicolás Maduro.
El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, aseguró que “cinco fusiles AK-103 y diez cargadores” pertenecientes a la Guardia Nacional fueron “ofrecidos en venta” por Erick Sánchez y Jason Parisi, quienes formaban parte del equipo de seguridad de Guaidó.
El viernes pasado, Guaidó había denunciado la detención de los guardaespaldas que, dijo, protegían a su familia en la capital mientras él realizaba una gira por el oeste del país. “El régimen intentará montar una nueva olla (inventar una acusación)”, apuntó el jefe parlamentario en Twitter, agregando que es probable que los detenidos estén siendo “torturados”.
Según Rodríguez, el armamento había sido hurtado del Palacio Legislativo para el “intento de golpe de Estado” ocurrido el 30 de abril contra el mandatario socialista. “La intención era sustraer las armas que fueron robadas el pasado 30 de abril (...) y hacerse con 35.000 dólares” tras su venta a un hombre que fue capturado, aseveró el ministro, indicando que los escoltas fueron arrestados luego de más de un mes de seguimientos.
Delegado de Maduro en el diálogo con la oposición, Rodríguez afirmó que denunciará el caso de Sánchez y Parisi en la mesa de trabajo establecida con la mediación de Noruega para intentar resolver la crisis política de Venezuela.
“Esta gente de la derecha está todavía recurriendo a acciones violentas”, afirmó el ministro.
Cuestionamiento
Sobre este caso, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, calificó de “indignante y ofensivo” para la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que las armas de la República, sean robadas, apuntadas y disparadas contra nuestro pueblo”, denunció.
El ministro Padrino López emitió la siguiente declaración sobre lo ocurrido: “Con respecto a la detención de tres sujetos ligados al diputado Juan Guaidó, practicada el viernes, al momento en que negociaban la venta de 5 fusiles Ak-103 que habían sido hurtados el pasado 30 de abril de 2019, a fin de ser empleados en el acto terrorista perpetrado ese día, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana expresa a la colectividad nacional su más categórico rechazo.
“Un hecho de esta naturaleza demuestra fehacientemente la bajeza ética y moral de los involucrados en la precitada acción extremista, quienes no solo hicieron armas de manera violenta contra las instituciones del estado legalmente constituidas, sino también contra sus connacionales, toda vez que apostaron y emplearon las mismas en una vía pública sin considerar las nefastas consecuencias que ello pudiera acarrear”.
