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Vida
1, 2, 3... Del pañal al baño
De la paciencia y estimulación de los padres dependerá que la transición del pañal al baño sea rápida y efectiva.
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Jennifer Rincón
Sábado, 30 de Enero de 2016

Decirle adiós al pañal es crucial en la etapa de crecimiento de los niños, pues esta simple acción implica el inicio de su independencia. Llegar a este punto, donde ellos mismos controlan sus esfínteres puede tardar mucho más tiempo de lo que los padres esperan si no se toma esta situación como una acción natural y voluntaria.

A los dos años y medio cerca del 50% de los niños tienen control de sus esfínteres. A los 3 años y medio el porcentaje es del 95%. Sin embargo, no debemos forzar a los niños a cumplir estos promedios. Unas buenas practicas en casa pueden ser la solución para irnos acercando a este gran y significativo paso.

Cabe entonces la pregunta,  ¿cuál es la edad ideal para esta transición natural? Los expertos hablan de una serie de señales que nos podrían ayudar a definir cuando están nuestros niños preparados para dejar, por sí solos, los pañales.

Si su hijo obedece instrucciones sencillas, camina y se sienta solo, trata de imitar a los adultos o hermanitos cuando van al baño, y él mismo puede subirse y bajarse la ropa interior, es una señal positiva.

A continuación algunas recomendaciones para hacer más fácil esta tarea:

• Cero comparaciones: hay que tener claro que no todos los niños evolucionan a la misma velocidad por lo que no debemos comparar a unos con otros. Si la hija de Fulanito o Zutanito fue al baño sola a los dos años y su hija, que tiene la misma edad,  aún no lo hace, no debemos forzar a nuestro hijo a que cumpla con este mismo plazo. Las comparaciones podrían hacerlo sentir inferior.

• Una buena bacinilla: es recomendable iniciar este cambio con una bacinilla u orinal que se adapte al tamaño del niño debido a que muchos pequeños se niegan a utilizar el inodoro porque les queda grande y temen caerse en él. Permítale al niño escoger su propia bacinilla. Puede conseguir una que tenga uno de sus personajes infantiles favoritos para que se anime a usarla. Un asiento especial de esos que se  acoplan al inodoro es otra buena opción.

• Atento a los horarios: tener claras las horas en las que usualmente el niño orina o defeca y preguntarle en estos horarios si siente necesidad de ir al baño, es clave. Puede ser que le  atine y esto le permita  conducir al niño a la bacinilla o al baño directamente.

• No olvide las señales: aprende  a identificar las señales del niño antes de orinar o defecar. Si se retuerce mientras juega, se toca sus partes íntimas o hace algún gesto en particular puede aprovechar para invitarlo asentarse en el baño o en la bacinilla.

• Olvídese de los premios: no debemos acostumbrarlos a darles un dulce o algún detalle especial por orinar en el baño, porque esto es una acción natural que no merece estímulos de este tipo. A cambio, felicitelos por  este logro y anímelos a utilizar el baño de nuevo.

• Cero presiones:  Controlar las esfínteres es señal de crecimiento al igual que hablar o aprender a caminar por lo que tampoco hay que forzarlo, pues es un proceso natural que va llegando a su tiempo.

Si el niño dice ‘popó’ y ‘chichí’ y se muestra molesto con el pañal sucio o mojado, es el momento de empezar el proceso para que use el baño.

Juguetes, la lectura y las canciones son una excelente ayuda

• Actualmente en el mercado hay diferentes opciones de muñecas que orinan en sus bacinillas, esta puede ser una buena opción de aprendizaje en las niñas. Enseñarles a sentarse en el baño, utilizando su muñeco preferido para la explicación,  también puede ayudar.

• Las canciones son un método infalible a la hora de enseñar. Puede inventarse una canción familiar alusiva a la hora de ir al baño, bajarse la ropa interior, limpiarse, y lavarse las manos. Papá, mamá y los hermanitos, si los hay, pueden cantar y bailar   esta canción para motivar a los niños.

Los libros también son una excelente opción. Diferentes editoriales trabajan cuentos ilustrativos  o historias para colorear sobre los niños y el uso del baño y la bacinilla. Títulos como: ‘El orinal del pirata’ y ‘Nacho ya no usa el orinal’, pueden ser bastante efectivos.

Los errores más comunes

Obligarlo a que se siente en la bacinilla o el retrete e intente orinar. Los niños son quienes sienten la necesidad de ir al baño y no nosotros. No debemos forzarlos.

Hacer una transición directa pañal-taza del baño puesto que la mayoría de los niños temen sentarse en ella porque les aterra su tamaño y creen que se caerán en él. Además la sensación de quedar colgando y no poder tocar el piso con los pies les genera poca confianza.

Decirles que los niños grandes no se orinan en los pantalones es otro grave error. No podemos asociar edad con capacidad para controlar las esfínteres, pues ellos seguirán amparándose en el hecho de que siguen siendo muy pequeños. Además estas comparaciones lo hacen sentir presionado.

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